UN GOLPE EN LA MESA
Actualizado: GuardarEl pasado lunes, a eso de las once y veinte de la noche, se cumplían nueve meses del grandioso gol de Andrés Iniesta, del mágico momento en el que el fútbol español, después de muchos sinsabores, ganaba el Mundial. Bueno, de Andrés Iniesta y de Dani Jarque, que también entraba en la leyenda porque acompañó al de Fuentealbilla en la inimaginable celebración. Era como dar un golpe en la mesa, como decir aquí estamos y que lo de la Eurocopa no fue una casualidad. En Suiza y Austria se jugó mejor, pero en Sudáfrica nos 'italianizamos' y los 1-0 fueron suficientes para ganar varios partidos.
No había sido un año bueno para el fútbol español en Europa, al menos en la 'Champions League', donde ni Barcelona ni Real Madrid lograron meterse en la final. El Atlético de Madrid salvó el honor español al conseguir el triunfo en la 'Europa League' frente al Fulham. Por increíble que pudiera parecer se le había dado la vuelta a la tortilla y nos convertíamos en una referencia a efecto de selecciones, pese al excelente nivel de nuestra Liga.
Hace unos tres meses, -en cuanto se conocieron los emparejamientos de octavos de final de la máxima competición continental-, los más optimistas auguraban hasta cuatro 'clásicos' entre Real Madrid y Barcelona. Era un sueño, una utopía pensar que los dos grandes de nuestro balompié pudieran medirse en tantos enfrentamientos. El del sábado era ineludible porque así estaba marcado en el calendario y el de Copa se veía venir después de que no coincidieran en semifinales. En 'Champions' ya era más complicado. El Madrid llevaba siete años sin pasar de octavos y el Barcelona podía acusar el cansancio de sus internacionales. Al final, habrá duelo fratricida la última semana de abril y la primera de mayo. El fútbol español ha vuelto a dar un golpe en la mesa, ya que, por encima de vencedores y vencidos, lo único claro es que habrá un equipo español en Wembley.