JUANA SÁNCHEZ-GEY
Actualizado: GuardarQue nos decidamos a vivir intensa y plenamente la vida: ese es el estimulante mensaje que esta profesora de Filosofía nos transmite con su conducta coherente, con sus actitudes acogedoras, con sus gestos abiertos y con las transparentes expresiones de su rostro. Desde cualquiera de las perspectivas -físicas o ideológicas- que la observemos, percibimos con nitidez la naturalidad con la que vive la vida contagiando a todos los que la rodean con sus irrefrenables ganas de seguir luchando, sin permitir que nos invada el desaliento. Después, cuando nos preguntamos dónde reside la clave íntima de esa desbordante vitalidad, es el momento que ella aprovecha para señalarnos la fuente inagotable de vida en la que bebe a grandes sorbos. Juanita es una filósofa que, con sus análisis profundos y con sus claras reflexiones, nos muestra como el entendimiento entre el pensamiento moderno y las enseñanzas evangélicas no es solo un ejercicio teórico apasionante sino también un servicio necesario para emprender la urgente tarea de abrir sendas convergentes hacia la comprensión del ser humano. Por esta razón, ella ha contraído la obligación de levantar puentes de intercomunicación y de abrir espacios de entendimiento con la intención de que aprendamos el sencillo arte de vivir juntos, de lograr la supervivencia individual y la paz colectiva en este mundo violento y sectario en el que, a veces, nos empeñamos en malvivir. Esta actitud audaz y este comportamiento valiente le permiten vivir con dignidad sin necesidad de ínfulas y prescindiendo de lo secundario y de lo banal, de lo anecdótico y de lo pasajero. Por eso ella prefiere asentar su ministerio docente en el suelo nutricio del Evangelio y por eso ella bebe directamente en el manantial de las aguas transparentes de los pensadores más acreditados.