Los asistentes pudieron degustar todas las variedades de vinos exhibidas por las trece bodegas. :: L.R.
Ciudadanos

El tinto gaditano reclama su sitio

Las empresas del sector consolidan su apuesta por la uva tinta y exhiben sus caldos para abrir nuevos mercados en la región y el exterior El instituto Santo Domingo reúne a trece bodegas en su segunda muestra provincial de vinos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«De color rojo picota intenso, con un perfil aromático joven y complejo, combina aromas a fruta roja, plantas aromáticas y torrefactos». Una mirada de deseo recorre el trayecto de la botella a la copa que sujeta Luisa Donoso, directora comercial de Bodega Regantío. «En boca resulta sabroso y persistente». Los catadores dan fe. No es un Ribera del Duero ni un Rioja. Es un vino tinto de Arcos. De la Tierra de Cádiz, como reza en su etiqueta. «El nuestro es un vino con mucha personalidad. Es la expresión del campo dentro de la botella».

Del campo gaditano, y de las viñas de uva tinta, que son la nueva esperanza de la industria vitivinícola en la provincia. Trece bodegas expusieron ayer sus mejores caldos en la II Muestra de Vinos Tintos de la provincia, organizado por el ciclo formativo de Vitivinicultura del instituto Santo Domingo. Regantío fue la primera de Andalucía que creó y comercializó vinos tintos. En la tierra de los blancos y su joyas de la corona: fino y manzanilla, la producción de tinto es una nueva oportunidad de negocio para el sector. «Debe serlo, porque los productos son de una excelente calidad y una gran relación calidad-precio».

Fuentes de la Junta de Andalucía indican que en la región ya hay más de 400 hectáreas dedicadas al cultivo de la uva tinta. La cuarta parte pertenece a una bodega gaditana: Barbadillo. «Es un vino joven, ideal para copear. Suave, sedoso, aromático, con ese toque que la da la tintilla de rota. Aunque está elaborado con cinto tipos de uva distintas». José María Díaz es comercial de esta empresa, cuyo vino blanco es el más vendido en España desde hace quince años. Pero lejos de conformarse con este fuerte posicionamiento en el mercado, la empresa sanluqueña se han embarcado en la producción de su propio tinto: Gibalbín. Hace poco lanzaron la nueva variedad, el crianza-ocho meses en barriles de roble francés-, que por el momento sólo se encuentra en restaurantes muy selectos... y en el claustro del Santo Domingo, donde los asistentes a la muestra pudieron degustarlo.

Desconocimiento

Como también probaron los tintos de Entrechuelos, de Torrecera; Luis Pérez, de Jerez; Rey Habis de El Parral, también de Jerez; El Gato, de Rota; Manuel Aragón, de Chiclana; Páez Morilla, de Arcos; Ibargüen, de Prado del Rey; Huerta de Albalá, de Ubrique; Viñedo de Taravilla, de Prado del Rey y Cortijo de Jara, de Jerez. Su representante, José Ignacio García, aseguró que las ventas están pasando por un mal momento. «Por eso hay que fomentar estos vinos entre los propios gaditanos».

«Nuestro objetivo es promocionar que en Cádiz se hacen muy buenos vinos tintos. Y favorecer el encuentro entre las bodegas y sus posibles clientes». Agustín Saucedo, coordinador del ciclo formativo, auguró una próxima edición de un evento que en apenas dos años se ha consolidado como cita obligada para la hostelería de la provincia.