Un preso de Puerto II aprovecha una visita al Clínico para fugarse
José Manuel Sánchez, de 25 años y amplio historial delictivo, decidió huir justo un día antes de su cumpleaños
CÁDIZ. Actualizado: GuardarSe llama José Manuel Sánchez Macías, tiene 25 años, un extenso curriculum delictivo y a día de hoy es el hombre más buscado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la provincia. El lunes por la noche logró escapar del Clínico de Puerto Real donde había sido trasladado horas antes desde el centro penitenciario de Puerto II. José Manuel cumple condena por varios delitos de robo con violencia. Pero además de su perfil de delincuente habitual también ha demostrado unas condiciones físicas muy atléticas. Con un antebrazo escayolado, logró zafarse de los agentes que lo custodiaban. Ayer era su cumpleaños y quizás éste sea el motivo de su huida.
Sobre las tres de la tarde del lunes, el preso salía de la cárcel conducido por agentes de la Guardia Civil. La dirección del centro penitenciario había autorizado el traslado porque el interno se había dado un golpe en el brazo izquierdo. Es un preso de segundo grado que no está entre los más conflictivos.
En el hospital le inmovilizaron el antebrazo y pasadas las seis le dieron el alta. Según confirmaron fuentes del Instituto Armado, cuando el interno estaba a punto de entrar de nuevo en el furgón, sufrió una especie de desmayo. El personal facultativo ordenó entonces su ingreso de nuevo para realizarle varias pruebas analíticas.
Ante la evolución favorable que presentaba el recluso, que había sido ubicado en la zona de observación, la enfermera que lo atendía pidió a los agentes que le quitaran los grilletes que lo sujetaban a una barra de la cama para proceder a retirarle el gotero. Al tener un brazo escayolado, las esposas no le sujetaban las dos muñecas, indicaron las mismas fuentes. Ése fue el instante que aprovechó José Manuel para tratar de escaparse. Empujó a la enfermera y a uno de los agentes para saltar al exterior desde la ventana de recepción donde los usuarios entregan la documentación antes de ser atendidos en Urgencias. De ahí a la calle y a un paradero desconocido. Eran las diez y media de la noche.
Su último domicilio conocido está en Jerez, aunque la Guardia Civil duda que se acerque a esa vivienda. Cuando salió de la cárcel vestía un pantalón de chandal y una chaqueta deportiva de color negro.