Miles de personas han regresado a la Plaza de Cataluña. / Foto: Efe / Vídeo: J. Salvia / YouTube
Movimiento toma la plaza

El violento desalojo en Barcelona deja más de cien heridos

Los Mossos cargan con fuerza contra los acampados del Movimiento 15M en el centro de la ciudad condal, pero los 'indignados' acaban recuperando la plaza de Cataluña

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Doblemente indignados: por la falta de una democracia real y por el desalojo. La acampada que el colectivo de indignados mantiene desde el pasado 15 de mayo en la barcelonesa plaza de Cataluña vivió este viernes su capítulo más triste y violento, y por primera vez se registró un duro enfrentamiento entre los jóvenes y los Mossos d'Esquadra, que ordenaron levantar el campamento para que trabajaran los servicios de limpieza.

La intervención policial, calificada de brutal y represora por los acampados, se saldó con un detenido y 121 heridos, 37 de ellos policías, la mayoría de carácter leve, salvo dos manifestantes, que sufrieron fracturas óseas. El desalojo policial, no obstante, solo fue temporal. Pasadas unas cinco horas, que es lo que duró la operación limpieza, los miles de indignados volvieron a ocupar la plaza, eso sí, sin sus tiendas, cocinas, ordenadores, pancartas, mesas, camas y demás enseres, acumulados durante 12 días.

Las imágenes de la Policía actuando con contundencia y las caras de algunos manifestantes empapadas de sangre volvieron a dar la vuelta al mundo y las cargas de la acampada barcelonesa se situaron como el 'trending topic' de Twitter, esa especie de termómetro oficioso de lo que más interés suscita en la red. Una vez más la Spanish revolution captaba la atención internacional.

Temor a incidentes en Canaletas

Según explicó el consejero catalán de Interior, Felip Puig, que tuvo que defenderse de las críticas de la oposición de ERC, ICV y PSC que le acusaron de haber ordenado una actuación desproporcionada por la que pidió perdón, la intervención de las fuerzas de seguridad perseguía una doble razón. Por un lado, para sanear la céntrica zona de Barcelona , algo deteriorada tras casi dos semanas de asambleas, convivencia y asistencia masiva de personas. Por motivos de salubridad pública, explicaron los Mossos a los jóvenes poco después de llegar a la plaza.

Y la segunda, la de peso, para actuar de forma preventiva, con el objetivo de evitar males mayores este sábado si el Barça derrota al Manchester United y levanta la Copa de Europa. Aunque el ayuntamiento ha desplazado el epicentro de la celebración culé a otra zona de la ciudad, al Arco del Triunfo, las autoridades se temen que 80.000 aficionados del Barça acudirán a la fuente de Canaletas, situada a escasos cien metros de la plaza Cataluña, y no quieren que la fiesta de la Champions League y la acampada se mezclen.

Y es que creen que se corre el riesgo de que los grupos de alborotadores que suelen reventar las fiestas azulgrana -en los últimos años las celebraciones han acabado siempre con decenas de detenidos y numerosos desperfectos en tiendas y mobiliario urbano- pudieran utilizar la acampada como zona de refugio o incluso que pudieran apropiarse de objetos potencialmente peligrosos como barras de hierro de las estructuras de las tiendas, palos de los carteles o las bombonas de butano que los acampados utilizan para preparar sus alimentos. "El objetivo no era desalojar, sino limpiar la plaza", remató Puig, quien ordenó la misma operación en Lleida, donde hubo dos detenidos.

El consejero de interior relató que la operación policial arrancó hacia las siete de la mañana. A esa hora, un helicóptero sobrevolando, 10 furgonetas policiales y unos 350 agentes de los Mossos y 80 policías municipales irrumpieron en la plaza de Cataluña con la intención de levantar el campamento de los cerca de 400 indignados que habían pasado la noche en el centro de la capital catalana.

Resistencia pacífica

Los policías empezaron a desmontar y requisar todo el material, pero los jóvenes se negaron a moverse. Resistencia pacífica, casi siempre, que obligó a acordonar el centro de la plaza. La red empezó a echar humo y al rato miles de jóvenes se sumaron a la protesta. Tomaron los alrededores de la plaza y trataron de impedir el paso de los 30 camiones de los servicios de limpieza que se llevaban todo el material de la acampada.

Este intento de bloqueo, con pinchazos de ruedas incluidos y calificado por Puig de alteración del orden y resistencia a la autoridad, provocó las cargas policiales, con porrazos y disparos al aire de pelotas, y las carreras por la plaza y las calles adyacentes. "Hubo ataques y provocaciones a la policía", dijo el consejero, que descartó nuevas intervenciones.

Hacia las 13 horas, una vez que la plaza quedó totalmente aseada y cuando los servicios de limpieza ya se habían marchado, los Mossos iniciaron la retirada. Los indignados volvieron a ocupar la plaza y reinstalaron las carpas. De momento, no tienen intención de moverse de allí.