La Policía tuvo que intervenir para que los trabajadores dejaran salir al director general, que acudió a dar la noticia a la fábrica. / JUAN CARLOS CORCHADO
Ciudadanos

Vicasa ratifica su decisión de cerrar y cede los nuevos terrenos al Ayuntamiento

La multinacional renuncia a la recalificación del suelo que ocupa en la actualidad y justifica su postura en los altos costes de producción

JEREZ Actualizado: Guardar
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Con el expediente de cierre bajo el brazo. Así se presentó ayer el director general de Saint Gobain-Vicasa en España, Ulpiano Gómez Agudo, tanto ante el Ayuntamiento de Jerez como ante el comité de empresa de la fábrica de botellas. Aunque todavía la decisión deberá ser ratificada por el consejo de administración de la multinacional francesa, que próximamente se reunirá en París, lo cierto es que la compañía no deja lugar a dudas sobre sus intenciones.

Así, en un comunicado demoledor, Saint Gobain-Vicasa señaló ayer que no le queda otro remedio que el «cierre como consecuencia del derrumbe de sus mercados», por lo que «desestima construir una nueva planta y renuncia a la recalificación de los terrenos» donde se asienta actualmente la factoría. La multinacional concluyó sus contactos para informar de esta dramática decisión al comité de la fábrica jerezana, al Ayuntamiento y a la Junta de Andalucía.

El argumento que esgrime Vicasa es «la grave situación sobrevenida en los mercados de destino, tras el fuerte y progresivo descenso de sus ventas en los últimos ejercicios y las pésimas perspectivas que estos presentan de cara al futuro». En consecuencia, según su punto de vista, «las razones que obligan a cesar la actividad son incuestionables, puesto que soporta ya más de un 40% de exceso de capacidad».

Motivos que no comparten en absoluto los trabajadores de la fábrica. El presidente del comité, Antonio Alba, explicó a los medios que hasta el mes de agosto se han vendido más de 40.000 toneladas de las 45.000 previstas.

Breve encuentro

El encuentro con la empresa duró ayer bien poco, ya que el comité se levantó de la reunión al conocer la decisión de clausurar de manera «inminente» las instalaciones jerezanas para concentrar la producción en la planta de Alcalá de Guadaira. La razón es que «cada tonelada tiene, por razones logísticas, diez euros de sobrecoste respecto a si se hace en Sevilla».

Y es que los proyectos de la multinacional en la ciudad no pasan por el acuerdo al que llegó en su día con el Ayuntamiento: construir una nueva fábrica en la Ciudad del Transporte, terrenos que ahora quedan reservados a Zahav Motor. De hecho, según sus propias palabras, «la corporación municipal podrá disponer ahora de la parcela del nuevo polígono, al que se iban a trasladar las instalaciones fabriles, para cederla a la iniciativa industrial que considere más adecuada».

El trato con el Ayuntamiento también incluía la recalificación de los suelos donde actualmente se encuentra Vicasa, pelotazo urbanístico al que ésta «renuncia», según el mismo comunicado.

Futuro de la plantilla

La empresa, por último, indicó que «planteará soluciones para los 120 trabajadores que se verán afectados por el cierre».

Soluciones que consistirían en traslados y un plan social de mejoras y que el comité rechaza, según informó Antonio Alba ayer, mientras continúe la amenaza de cierre. «Esto va a ir para largo», afirmó el presidente del comité, que confirmó que las negociaciones serán duras y los delegados sindicales no van a dar tregua ni van a poner el trabajo fácil a la multinacional.

A última hora de la tarde, los trabajadores mantuvieron una asamblea para perfilar su calendario de protestas, con una apuesta clara por la gran manifestación que tendrá lugar el día 29. A la misma acudió la alcaldesa, quien antes ofreció al director de la compañía «cuantas salidas sean necesarias para mantener la actividad y que varíe la decisión de cierre». Además, informó la regidora, se están realizando gestiones para garantizar la permanencia de la fábrica en la ciudad.