Y FUERA

Compromisos morales

Joaquín Morales es un hombre de palabra. Una persona a la que le gusta cumplir aquello que promete por más que no exista un contrato de por medio. Ya quedó patente durante la operación de compra-venta con Francisco Garrido. «Mi mano es un contrato». Aunque en aquellos momentos la escritura de cinco dedos de Garrido no valiera lo mismo.

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En la pretemporada el nazareno adquirió unos compromisos morales con unos determinados jugadores y no quiere abandonar el barco sin cumplir su palabra, pues de hacerlo sentiría que se traiciona al él mismo. Lo que parece no darse cuenta el bueno de Joaquín -por más que intente hacérselo ver su propio entorno- es que con esa actitud está poniendo en serio peligro su propia salida de la entidad, pues, de hecho, los nervios y la paciencia de Nuchera están próximos a superar sus límites. Esas promesas, están bien, pero les digo que incluso están sorprendiendo -gratamente- a los propios jugadores, que no esperaban estos movimientos justo antes de producirse la compra-venta. Por ello, quizás lo más lógico es que, al menos, Joaquín hubiera comentado el detalle de sus compromisos Morales.