CLAVES. Enrique Arnaldo, Alfredo Flórez y Miguel Cardenal decidirán hoy si el Cádiz se mantiene en Segunda o baja a Segunda B. / LA VOZ
Cádiz C.F.

El Cádiz, en manos de tres personas «No pueden ser tan rígidos», dicen en Alicante

El Comité de Competición, formado por Enrique Arnaldo (LFP), Alfredo Flórez (RFEF) y Miguel Cardenal (consensuado), emite hoy su veredicto sobre la impugnación del Hércules-Cádiz

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Alfredo Flórez, Enrique Arnaldo y Miguel Cardenal tienen en sus manos el futuro del Cádiz. Estas tres personas son los componentes del Comité de Competición, que hoy se pronuncia sobre el recurso de impugnación del encuentro Hércules-Cádiz interpuesto por el club gaditano. El primero es el presidente y el vocal designado por la Real Federación Española de Fútbol. Arnaldo es la parte que representa a la Liga de Fútbol Profesional, y Cardenal es el letrado elegido por los dos órganos de forma consensuada para asegurar la total independencia. Los tres son reconocidos expertos en derecho, de gran prestigio, y aseguran que no reciben ningún tipo de presiones por parte de la Federación Española. Quieren hacer justicia, y no es necesario el consenso, sino la mayoría.

El pasado miércoles 25 de junio se citaban en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas pero no tomaron ninguna decisión relevante. El recurso del Cádiz ya había sido admitido a trámite y abrían para Hércules y Córdoba (indirectamente perjudicado) un plazo de alegaciones que expiraba ayer tras cinco días hábiles. Por la mañana, llegaron los siete folios con los motivos por los que el juvenil Kiko podía jugar ante los amarillos y por tanto Competición debe rechazar la impugnación del encuentro. Alicantinos y cordobeses han trabajado juntos para elaborar el pliego de descargas, y están absolutamente convencidos de que la razón les asiste por dos principales argumentos: el futbolista fue inscrito el 6 de septiembre, fuera de los plazos de verano, pero al abrirse una nueva oportunidad en enero pues queda automáticamente convalidada su ficha. La norma destaca que tiene que ser inscrito dentro de los plazos reglamentarios, pero los afectados creen que es una cuestión de interpretación y nunca se puede hacer de forma tan restrictiva. Además, aportan un nuevo dato que no había trascendido aún, y es que existe una regla en juveniles que habla de inscribir «antes de que acabe el periodo reglamentario», y eso aclararía un posible vacío legal de la norma que afecta a los profesionales.

El segundo punto en que se basan los argumentos de Córdoba y Hércules es que la LFP validó la ficha del juvenil Kiko, por tanto dio permiso y no observó ninguna incorrección. En cambio, en la entidad de Carranza aseguran que este es un proceso habitual, pero que conceden el permiso siempre y cuando el jugador esté inscrito en los plazos reglamentarios.

En total son ocho matizaciones. También exponen que Competición debe aferrarse «al espíritu de la norma», que en ningún caso se vulnera con la alineación de este juvenil. Y, de forma complementaria, contestan a la primera alegación del Cádiz, que no tiene ningún fundamento y equipara la situación con el caso Moral. El Cádiz se equivoca en este punto puesto que, para ser ilegal, el filial tiene que ser mayor de 23 años, mientras que Kiko sólo tiene 17 y Calero 22.

Sin hora concreta

Los tres clubes implicados esperan que el fallo se produzca poco después del mediodía, aunque puede retrasarse unas horas ya que en la Federación se está celebrando el campeonato de Europa de la selección de fútbol. En caso de que se rechace (algo que incluso esperan en Cádiz, pues los antecedentes desvelan que Competición hay veces en las que prefiere no mojarse), se abrirá un plazo de cinco días hábiles en los que el club cadista podrá presentar alegaciones ante el Comité de Apelación. Aquí aumentan las esperanzas. Además, los gaditanos ya sabrán los argumentos esgrimidos por Córdoba y Hércules y pueden rebatirlos de mejor forma. Si vuelve a ser negativo, se pasaría al Consejo Superior de Deportes y más tarde a la Justicia Ordinaria, donde en el Cádiz están seguros de que ganaría, pero ya podría estar comenzada la Competición y los daños pueden ser irreparables.

Por otro lado, si el Comité da la razón a los amarillos, el problema se trasladaría a la Federación, pues el perjudicado sería el Córdoba (que ya ha celebrado la permanencia y prepara un nuevo año en Segunda). Se baraja organizar una liga con 23 equipos, una opción que tiene en contra a todos los clubes de la categoría. Si no, el club cordobés descendería a Segunda B. Pero todo esto no es competencia de Competición, y su sentencia debe estar al margen de ello.

Todos seguros

Todo esto en cuanto a la ley. Ahora llegan las sensaciones. En la entidad de Carranza están seguros de que la razón les ampara pero son cautos. Al Córdoba le han asegurado que se mantendrá en Segunda, y ya está a punto de cerrar dos fichajes para la categoría de plata. Y el Hércules se defiende señalando que hicieron las cosas bien con el permiso de los órganos competentes. La pelota está en el tejado de Competición. Flórez, Arnaldo y Cardenal toman la palabra. Con una obligación: que impere la Justicia, duela a quien duela. Cádiz y Córdoba se han manifestado en varias ocasiones en los últimos días. Se juegan mucho (una categoría) y saben de la importancia de la presión mediática. Pero el Hércules se había mantenido al margen en todo este tiempo.

Ayer, LA VOZ pudo hablar con Jordi Aparicio, asesor jurídico del club alicantino y quien se ha encargado de elaborar las alegaciones para defender la alineación de Kiko. Señala que «el futbolista se inscribió en septiembre y no puede jugar hasta el siguiente periodo de inscripción, que es en enero. No cabe otra interpretación. La Ley no puede ser tan rígida y que sólo pueda ser inscrito en esos periodos. Ha de convalidarse en enero».

La otra razón es que «tenemos el visado que da la Liga para que el futbolista juegue, y es que no vio nada incorrecto». Entiende que «nos darán la razón. Hemos hecho las cosas correctamente. Si hubiera alineación indebida, la aceptaríamos, pero es que no es así. Además, no pueden pretender que aceptemos que diga la Ley que hacemos las cosas mal».