El turismo se desploma en Turquía a causa de la inseguridad
Los atentados terroristas y las tensiones con Rusia ahuyentan a los visitantes y disparan las pérdidas del sector
![Un turista, a la entrada de Santa Sofía en Estambul](https://s2.abcstatics.com/media/internacional/2016/06/06/santasofia-U10109921119paB--620x349@abc.jpg)
El sol brilla en Sultanahmet, el corazón de Estambul, donde están situados algunos de los monumentos más impresionantes del mundo. El verano, la temporada alta, ya ha llegado a Turquía , pero la gran masa de turistas que normalmente le acompaña no termina de hacerlo. La prueba gráfica es la ausencia de cola para entrar en el edificio más representativo del país y de la ciudad: Santa Sofía.
«El año pasado por estas fechas había que esperar al menos 40 minutos para poder entrar. Y ahora mira: nada», explica Yilmaz, un guía turístico que prefiere no dar su nombre completo. Él y otros colegas aguardan la llegada de clientes junto a la entrada del templo que fue construido como basílica cristiana en el siglo VI, que se convirtió en mezquita casi un milenio después y que durante los últimos 80 años ha sido un museo.
«La situación es muy mala. Piensa que hace un año pasaban por Santa Sofía entre 10.000 y 20.000 personas al día . Ahora lo hacen entre 1.000 y 3.000», añade el guía.
Las cifras oficiales del Ministerio de Turismo no dejan lugar a la duda. El número de visitantes extranjeros que viajó a Turquía el pasado mes de abril se situó en 1,75 millones, lo que supone un desplome del 28% en comparación con el año anterior. Se trata de la caída más pronunciada desde mayo de 1999.
Las razones del declive son dos. Por un lado, la inestabilidad y violencia que azotan al país durante los últimos meses. Algunas zonas del sudeste se mantienen, prácticamente, como zonas de guerra, mientras que las dos principales ciudades del país, Estambul y Ankara, han sufrido en los últimos meses sangrientos ataques terroristas cometidos por yihadistas e insurgentes kurdos. Por otro, el derribo de un caza ruso a finales del año pasado ha tensado hasta el máximo las relaciones entre los dos países. Entre otras medidas, Moscú ha prohibido a los operadores turísticos rusos trabajar en Turquía, un golpe muy duro para la industria hotelera turca presente en el sur mediterráneo, que se nutría principalmente de visitantes rusos.
Según datos oficiales, durante abril, en comparación con el mismo mes del año anterior, la llegada de rusos se ha reducido en un 79,28%. Pero no son los únicos. La cifra de alemanes, que conforman el país que más turistas manda a Turquía, ha caído un 35,43%, mientras que la de franceses, un 37,87%.
«Sí que notamos que hay menos clientes», cuenta Gokhan, del restaurante Million, situado a pocos metros de Sultanhamet. «Antes si venías a esta hora estaba todo ocupado, pero ahora solo hay tres mesas. Calculamos que el negocio ha bajado cerca de un 60%», señala.
Pérdidas de 13.500 millones de euros
La Asociación turca de Inversores Turísticos predice que la caída total de los beneficios del sector en 2016 va a ser de casi 13.500 millones de euros. Además apunta a una reducción del 30% en el número total de turistas.
Estambul es el principal destino turístico del país y atrae a personas de todo el mundo, aunque los dos últimos atentados en la ciudad, en los que murieron alemanes e israelíes, han espantado a gran parte del turismo procedente de occidente. «Muchos de n uestros clientes son ahora turcos que viven en el extranjero y vienen de vacaciones», explica Gokhan. «También vemos a muchos árabes e iraníes, pero los americanos y europeos en general parece que vienen menos».
No obstante, en Turquía todos mantienen la confianza de que la situación pronto volverá a la normalidad. «Los turistas van a venir -responde el guía Yilmaz-. Llevamos dos meses tranquilos. Y además, Estambul es única. Tenemos uno de los templos más importantes del cristianismo, y también otros magníficos de las religiones musulmana y judía. Los turistas volverán, pero a lo mejor tardan un año en hacerlo».
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