Trump intenta retomar el pulso con su plan de infraestructuras
La privatización del control del tráfico aéreo, primer paso para transformar la red nacional
Donald Trump busca esta semana retomar su agenda política y de gestión, si los sonoros ecos de su política exterior y la investigación sobre la trama rusa se lo permiten . Consciente de que la economía y la creación de puestos de trabajo pueden convertirse en la tabla de salvación de su mandato, el presidente estadounidense impulsa este lunes uno de sus planes estrella, el de infraestructuras, con el que aspira a transformar una anquilosada red nacional de carreteras, puertos y otros servicios de transporte público. La aspiración de Donald Trump no sólo estriba en la mejora de las infraestructuras, sino también en los empleos que pueden traer inversiones valoradas en un trillón de dólares.
Noticias relacionadas
Para empezar, el presidente estadounidense se ha fijado en la privatización del servicio del control aéreo como la forma más rápida de avanzar. Dependiente hasta ahora de la Administración Federal de la Aviación, el objetivo es que el control aéreo sea gestionado por una corporación sin ánimo de lucro . No es una idea nueva. Ya la Administración Clinton, demócrata, barajó la posibilidad, aunque su ley nunca llegó al Senado, como estaba previsto. Según sus valedores, los efectos de esta decisión serían muy beneficiosos para la competitividad del sector aéreo, que podría aprovecharse de las ventajas del paso del sistema de control de radar en tierra al del GPS, con la posibilidad de rutas más directas a costes más bajos.
Con los dueños de las aerolíneas
En la que la Casa Blanca ha bautizado como «semana de las infraestructuras», Trump se va a rodear desde hoy de los dueños y ejecutivos de las grandes líneas aéreas, en un primer contacto que pretende impulsar un sector necesitado de modernización.
Este impulso vendrá reforzado más adelante por las grandes inversiones del plan de infraestructuras, que deberán contar con el impulso republicano en el Congreso . Aunque Trump ha asegurado que la entrada de las compañías privadas minimizaría el gasto público, el control del déficit será una de las condiciones republicanas.
