Los secuestros vuelven al Delta del Níger
Un grupo armado sin identificar captura a seis tripulantes de un carguero turco, mientras crecen las dudas sobre la continuidad de la amnistía que beneficia a cerca de 30.000 antiguos combatientes
Un grupo armado sin identificar ha secuestrado a seis tripulantes de un carguero turco en las costas de Nigeria, según ha denunciado el Gobierno de Abuya. La embarcación, que transportaba productos químicos, se encontraba en las inmediaciones de la región del Delta del Níger. Ya en las últimas fechas, diversos analistas habían advertido de que se avecinaba un repunte de la violencia en la zona, ante las dudas sobre la continuidad de la amnistía a cerca de 30.000 antiguos combatientes de la región.
En 2013, el Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger (MEND), que disfrutaba desde 2009 de un indulto sobre sus miembros, anunciaba el regreso a las armas en protesta por el encarcelamiento de Henry Okah, antiguo líder del grupo.
Precisamente, como destaca el analista local Kingsley Igbokwe, el negocio de los secuestros y virulentas acometidas en la región tiene su origen en enero de 2006. En aquel momento, el MEND iniciaba una demoledora campaña en el sur del país contra intereses petrolíferos occidentales.
No en vano, el propio Gobierno nigeriano reconoce que, en solo dos años, el grupo ingresó cerca de 80 millones de euros en rescates . De igual modo, entre 2006 a 2009, la producción petrolera de Nigeria se redujo a casi la mitad: 1,6 millones de barriles al día.
Para paliar esta sangría económica, a mediados de 2009, Nigeria acordaba con el grupo rebelde una amnistía en la que se garantizaba servicios asistenciales a cerca de 10.000 militantes, a cambio de que éstos depusieran las armas. Sin embargo, y a pesar de los comienzos esperanzadores, buena parte parte de los excombatientes lamenta que las promesas no se hayan convertido en realidades.
Aunque la gota que colmara el vaso de la violencia fuera otra: A finales de marzo de 2013, Henry Okah, antiguo cabecilla del MEND, era condenado a 24 años de cárcel por un Tribunal sudafricano . Solo días después, decenas de miembros de las fuerzas de seguridad en el estado de Bayelsa, al sur de Nigeria, sufrían una emboscada. El ataque, que dejó al menos 15 desaparecidos, reabrió entonces el debate regional sobre la eficacia de las amnistías decretadas contra grupos rebeldes.
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