¿Por qué quiere Turquía acercarse a Israel?
Los dos países están a punto de lograr un acuerdo para normalizar las relaciones después de que el incidente del Mavi Marmara las rompiera por completo hace seis años
«Israel asesino, fuera de Palestina». Miles de personas entonaban este y otros cánticos similares por las calles del centro de Estambul hace apenas unos días. Allí se congregaron para conmemorar el sexto aniversario del asalto israelí al Mavi Marmara , uno de los buques de la flotilla que en mayo de 2010 trató de romper el bloqueo de Gaza para distribuir ayuda humanitaria. Nueve activistas turcos murieron y la relaciones entre Turquía e Israel, que afirma que los tripulantes iban armados, se rompieron por completo.
Esta marcha se ha celebrado justo en el mismo momento en el que los dos países ultiman los detalles de un acuerdo para restablecer la paz institucional . Los máximos mandatarios de ambas partes así se han manifestado; el último ha sido el ministro israelí de Energía, Yuval Steinitz: «Yo diría que ya hemos terminado de negociar satisfactoriamente el 90% de los asuntos». ¿Pero por qué se produce este acercamiento justo ahora? En dos palabras: geopolítica y gas.
«En la región se han producido cambios políticos importantes que hace que compartan intereses», afirma a través del teléfono Enes Bayrakli, investigador del «think tank» turco SETA y experto en la política exterior del país. “Sobre todo debido a la implicación de Rusia, Irán y Hizbolah en la guerra de Siria y al aumento de la influencia de los dos últimos en toda la región”.
Turquía e Israel podrán tener mejor o peor relación, pero eso no quita que tengan enemigos en común. Esto, además, ha sucedido mientras Estados Unidos e Irán han alcanzado un pacto nuclear mediante el cual los antiguos persas dejan de estar aislados del mundo. «Turquía ve la oportunidad de aumentar su influencia regional arreglando los lazos con Israel», señala a ABC Nimrod Goren, fundador y director del Instituto Israelí para las Políticas Exteriores.
Enemistad con los vecinos
El país euroasiático vio la oportunidad de convertirse en una potencia regional con la explosión de las Primaveras Árabes en 2011. El sistema turco, tildado de modelo ejemplar de democracia e islamismo, era alabado en Occidente. No obstante, en pocos años Turquía se ha acabado enemistando con todos sus vecinos, al mismo tiempo que viraba hacia políticas más autoritarias dentro de su territorio. Fuentes cercanas al gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) creen que el reciente cambio de primer ministro es una oportunidad para cambiar el rumbo de la política Exterior turca. Las palabras de Binali Yildirim, el nuevo líder del Gobierno , parecen apuntar en esa dirección al referirse al conflicto sirio como «una guerra sin sentido» y abogar por una acción exterior que cree «más amigos que enemigos».
La otra razón para el acuerdo se encuentra en las reservas de gas descubiertas por Israel en el Mediterráneo oriental . Pero para dar un uso adecuado a este recurso energético necesita lograr compradores y establecer una ruta de distribución . Turquía es el aliado perfecto para este menester, un país que tiene poca energía propia y que recientemente se ha complicado la vida al enemistarse con una de las grandes potencias en materia de reservas. “La posibilidad de que Israel exporte su gas natural a Turquía ha aumentado la motivación turca para lograr un acuerdo, especialmente dadas las tensiones entre Turquía y Rusia », apunta Goren.
No obstante, dadas los pocas simpatías que Israel levanta entre la sociedad turca, este asunto podría llegar a pasar factura al apoyo popular del presidente Recep Tayyip Erdogan y del AKP . Sobre todo cuando se acaba de nombrar ministro de Defensa israelí a Avigdor Lieberman , situado en la extrema derecha y conocido por sus públicas opiniones en contra de los árabes y musulmanes.
Tres líneas rojas
«Hay solo una parte de la opinión pública turca, algunos grupos, que están muy interesados en este asunto [el asalto del Mavi Marmara]», sostiene el analista turco Enes Bayrakli . «La mayoría de la sociedad, sí, cuando sucedió reaccionó y protestó, pero el tiempo ha pasado y no ponen tanta atención».
Ankara ha marcado tres líneas rojas para materializar el acuerdo: una disculpa, una compensación a las familias de las víctimas y el fin del bloqueo a Gaza . Las dos primeras no presentan problemas, al contrario que la tercera.
En este asunto los expertos creen que se conseguirá llegar a alguna solución intermedia que los dos países puedan firmar. En palabras de Bayrakli: «Tendrá que haber alguna fórmula sobre el acceso a Gaza en la que Turquía tenga un cierto tipo de acceso especial, porque si no es así va a ser muy difícil para el Gobierno turco venderlo a su opinión pública».