Anécdotas
El Nobel de la Paz, el más controvertido y el que más veces ha quedado vacante
Gandhi nunca recibió el premio, pese a estar nominado en cinco ocasiones, mientras que otros galardonados fueron muy criticados
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos , era el gran favorito para el Nobel de la Paz antes del plebiscito del pasado domingo, pero su derrota en la consulta había rebajado sensiblemente las expectativas de que fuera el escogido por el Comité Nobel, que sin embargo, ha vuelto a sorprender.
«Hay muchas partes en el proceso, pero Santos fue quien tomó la primera e histórica iniciativa. Ha habido otros intentos antes para lograr la paz, pero él fue a por todas y con una gran voluntad de lograr un resultado, por eso lo hemos destacado. Además, es el líder del Gobierno del país», explicó la presidenta del Comité Nobel noruego, Kaci Kullmann Five antes de rechazar de forma categórica que la decisión de otorgar el Nobel a Santos pueda ser interpretada como una falta de respeto al resultado del referendo.
«Al contrario. Mostramos que respetamos el proceso democrático y la votación del pueblo colombiano. Pero no han dicho no a la paz, sino a un acuerdo específico», declaró Kullmann Five, resaltando la importancia de que se reanude el proceso para impedir que vuelva a estallar la guerra civil».
Premios polémicos
No ha sido la primera vez que el Comité Nobel ha tenido que explicar su decisión. Otros acreedores de este premio de la paz que se otorga por expreso deseo del inventor de la dinamita, fueron muy criticados.
En 1945 lo recibió el ex secretario de Estado de EE.UU., Cordell Hull , por sus esfuerzos a favor de la pacificación de Occidente en un periodo tan convulso como el de la Segunda Guerra Mundial y por su labor en la creación de las Naciones Unidas ese mismo año. Sin embargo, muchos consideraron que Hull nunca debió haber recibido el galardón, debido a un lamentable episodio ocurrido seis años antes, durante la conocida como crisis del S.S. St. Louis. El trasatlántico lleno de refugiados judíos había salido de Hamburgo en 1939 huyendo de la persecución nazi y pidió asilo en Estados Unidos. Hull no dudó en aconsejar al presidente Roosevelt que se opusiera a la entrada del navío en los puertos del país y, después, maniobró para que fuera rechazado en también Cuba. Esto le obligó a volver a la Alemania de Hitler y más de un cuarto de los 936 pasajeros murieron posteriormente en los campos de concentración.
Aún hoy, son muchos los que exigen que se revoque el galardón .al secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger . Lo recibió en 1973, junto al norvietnamita Le Duc Tho, tras los acuerdos alcanzados para poner fin a la Guerra de Vietnam, pese a haber sido el responsable, entre otras acciones, de la «Operación Cóndor» que acabó con la vida de decenas de miles de disidentes en Chile. Duc Tho renunció al galardón al ver que la guerra se prolongaba a pesar de los acuerdos que habían alcanzado y por los que habían sido reconocidos. Kissinger decidió recogerlo.
La «contribución histórica al proceso de paz en Oriente Próximo, sustituyendo la guerra y el odio por la cooperación» llevó al Comité Nobel a conceder el Nobel de la Paz en 1994 a Yasser Arafat , junto a Isaac Rabin y Simon Peres. Muchos criticaron entonces que se le otorgara al líder de la OLP a quien sus detractores describían como «un terrorista con una larga historia para promover la violencia». También Simón Peres fue c
La concesión del Nobel al expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter en 2002, veinte años después de haber dejado el cargo, levantó también polémica. Muchos consideraron que premio al demócrata se debía realmente a las fuertes críticas que había lanzado contra el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, por su intervención en Irak. El entonces presidente del Comité Nobel, Gunnar Berge, confirmó después de que Carter recibiera el premio que éste «también debía considerarse como una crítica a la línea que ha tomado la actual administración de Estados Unidos». Para muchos críticos, estas razones no eran suficientes para ser merecedor de semejante reconocimiento.
Del premio otorgado a Barack Obama en 2009, tan solo unos meses después de haber sido elegido presidente de Estados Unidos, se criticó por considerarse «prematuro» e «inmerecido» ya que aún no había tenido tiempo de justificar semejante reconocimiento y no había cumplido una de sus principales promesas: cerrar Guantánamo. El mismo Obama dijo estar «sorprendido». «Creo que no me lo merezco», afirmó, pero no dudó en aceptarlo.
La presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf , lo obtuvo en 2011 a cuatro días de las elecciones, suscitando fuertes críticas entre sus detractores que recordaban su primigenio apoyo a la barbarie del entonces líder rebelde Charles Taylor o que en 2009, la Comisión de la Verdad y Reconciliación del país africano recomendó que se le prohibiera el total ejercicio de cargos públicos durante 30 años.
El gran ausente
En sus 115 años de historia, sorprende que una de las mayores figuras del pacifismo mundial como lo fue Mahatma Gandhi , jamás recibiera el Nobel de la Paz a pesar de haber sido candidato hasta en cinco ocasiones. Tras su asesinato en 1948, el comité consideró otorgarle de forma póstuma el galardón, pero quedó finalmente desierto porque «no había ningún candidato vivo que fuera adecuado». Solo Dag Hammarskjöld (1961) lo ha recibido póstumamente. Tras su caso, los estatutos fueron modificados para evitar que se volviera a repetir.
El Comité Nobel ha retenido este premio en 19 ocasiones. En ninguna otra categoría ha quedado tantas veces desierto. No fue entregado en 1939, el año en el que fue aspirante al premio Adolf Hitler. No fue el único dictador en figurar entre los candidatos. También Benito Mussolini y Joseph Stalin fueron nominados.
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