El Gobierno rumano intenta evitar las dimisiones y ofrece reformas
Los manifestantes, no satisfechos con la retirada del decreto que despenalizaba casos de corrupción, han pasado a exigir la renuncia del primer ministro, Sorin Grindeanu
El ministro de Justicia rumano, Florin Iordache , anunció este lunes la inminente publicación de los detalles de un nuevo proyecto de ley criminal , tratando así de soslayar las masivas peticiones de dimisión en multitudinarias manifestaciones celebradas durante el fin de semana.
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En la madrugada del domingo, presionado por protestas ciudadanas como no se vivían en este país desde la caída del régimen comunista en 1989, el gobierno rumano retiró el polémico decreto con el que despenalizaba casos de corrupción por delitos inferiores a los 45.000 euros y favorecía descaradamente al presidente del partido gobernante (PSD), el socialdemócrata Liviu Dragnea , actualmente en juicio por incitación a la prevaricación por menos de esa cantidad.
La sociedad civil rumana «acaba de cumplir la mayoría de edad democrática y ya no se conformará con migajas»
El portavoz del Gobierno admitió que el objetivo de la retirada del decreto era poner fin a la ola manifestaciones y protestas . Pero el movimiento ciudadano contra la corrupción no solamente no se contentó con esa medida, sino que redirigió el clamor contra un objetivo muy concreto: la multitud ha pasado a exigir directamente la dimisión del primer ministro, Sorin Grindeanu .
«El Gobierno no tiene por qué dimitir. Ha sido elegido legítimamente y tiene que continuar gobernando», defendió este lunes en Bucarest Liviu Dragnea, que no puede ser primer ministro por haber sido condenado por manipular un referéndum y que maneja desde el partido un «gobierno títere» , según Robert Schwartz, director de la redacción rumana de la televisión pública alemana Deutsche Welle.
Cabeza de turco
Tanto Dragnea como el primer ministro Grindeanu, reconocieron este lunes que en la reunión de la directiva del partido previa a sus declaraciones se había hablado de la posibilidad de la dimisión del ministro de Justicia, considerado como responsable del texto del polémico decreto y posible cabeza de turco de la tensa situación. El propio Ioardache declaró que hablará con el jefe del ejecutivo sobre su futuro tras la moción de censura presentada por el Partido Nacional Liberal (PNL) y la Unión Salvar Rumanía (USR), ambos en la oposición, y que habrá de ser debatida en el Parlamento de Bucarest.
«Tendré, después de que se debata y creo que será rechazada la moción, una conversación con el primer ministro Grindeanu y, sin duda, anunciaré la decisión inmediatamente después», dijo.
El presidente de Rumanía , Klaus Iohannis, quien presentó un recurso de inconstitucionalidad contra el controvertido decreto, ha acogido con satisfacción estos anuncios. Pero la sociedad civil rumana, «acaba de cumplir la mayoría de edad democrática y ya no se conformará con migajas», dice Schwartz, que señala también el malestar en la ciudadanía por la ausencia de reacción en Bruselas , entendida por los rumanos como solidaridad partidista con los corruptos.
A última hora de Grindeanu, insistió en que no cesará en su cargo, ya que recibió el apoyo de millones de rumanos, y añadió que abrirá un debate con la oposición y la sociedad civil para reformar el sistema judicial.