El Ejército francés cuestiona el objetivo de Hollande de «destruir a Daesh»

Pese a la retórica del presidente tras los ataques de París, hace un mes, la aviación francesa carece de bombas y de la «inteligencia» norteamericana

El presidente Hollande se dirige a la tripulación del portaaviones Charles de Gaulle, frente a las costas de Siria EFE

JUAN PEDRO QUIÑONERO

Hace días, François Hollande y su ministro de la Defensa, Jean-Yves Le Drian , anunciaron con voz muy engolada que el objetivo de la intervención militar francesa y aliada contra el yihadismo terrorista en Siria e Irak era y es la «destrucción global de Daesh». Apenas dos semanas más tarde, «Le Monde» comenta con cierto laconismo cruel: «En verdad, Francia es un pequeño actor en el conflicto». Solo ha participado en un modesto 5 % de los bombardeos aliados.

Hace días, el mismo periódico subrayaba que, en verdad, el arma aérea francesa «está falta» de municiones para continuar los bombardeos al ritmo, modesto, exigido por el jefe del Estado, forzado a pedir socorro de urgencia a la gran industria del armamento estadounidense, cuando los Rafale y Mirage franceses estarían «ciegos» sin los ojos del espionaje militar facilitado por el presidente Obama.

La alianza militar con Rusia es algo muy limitado . Francia forma parte de otra alianza, liderada por los EE.UU. y Arabia Saudí. Ante el calendario político del presidente Hollande, el estado mayor de los ejércitos aconseja «paciencia y perseverancia».

Empantanado el frente internacional de la guerra contra el yihadismo terrorista, la segunda vuelta de las elecciones regionales confirma el impacto de los ataques terroristas de París.

Semillero para todos

El Frente Nacional (FN, extrema derecha) y el yihadismo terrorista francés han crecido en una misma geografía suburbana: 780 guetos que se han convertido en un pudridero social cuyos tentáculos se extienden por regiones enteras de Francia.

Treinta días después de los atentados que se cobraron 130 muertos y más de 350 heridos , en el corazón de París y Saint-Denis (la histórica ciudad en cuya catedral gótica se encuentran enterrados muchos reyes de Francia), los sociólogos y demógrafos subrayan que la extrema derecha comenzó a crecer en los mismos guetos donde se educaron muchos jóvenes franceses musulmanes tentados por el terrorismo, cuando los militares dudan del objetivo estratégico de «destruir a Daesh», incluso si se intensifican los bombardeos en Siria, mientras quedan al descubierto los trágicos fallos de la lucha contra el terrorismo en el frente de los suburbios, uno de los primeros semilleros del FN de Marine Le Pen.

Hervé Le Bras, demógrafo, autor de un ensayo de referencia sobre la ascensión del FN, comenta: «Muchos jóvenes y muchos obreros votan a la extrema derecha porque el ascensor social está bloqueado» . Tras los atentados terroristas de primeros de año, Manuel Valls, primer ministro, calificó de apartheid a la gran mayoría de las 780 zonas urbanas sensibles ( ZUS, donde viven entre cuatro y cinco millones de franceses pobres ). Meses más tarde, Christophe Guilluy, demógrafo, comentó: «La “banlieu”, los suburbios, calificados piadosamente de ZUS, se han convertido en pudrideros sociales, esclusas; nada de guetos, esclusas por donde se dispersa el fango de la crisis social y cultural de fondo ».

Orígenes comunes

El corazón de los nuevos electorados del FN comenzó a crecer en los suburbios de París (donde la extrema derecha tiene más votos que el PCF y las extremas izquierdas, juntas) y algunas grandes ciudades, como Lille y Amiens (feudos electorales de Marine Le Pen), Marsella (feudo electoral de Marion Marechal Le Pen), Estrasburgo (feudo electoral de Florian Philippot, vicepresidente del FN, cabeza de lista de la extrema derecha de la región Alsacia-Lorena-Champaña-Ardenas), en cuya periferia nacieron varios de los yihadistas autores de las matanzas del 13 de noviembre.

La implantación del Frente Nacional va mucho más allá de los guetos y las ZUS donde ha proliferado el terrorismo yihadista francés, el más importante entre las bandas de criminales asociadas a Daesh. Pero hay un semillero social y cultural común entre nuevos electores del FN y nuevos terroristas islamistas franceses.

Tres semanas después de los atentados de mediados de noviembre, la primera vuelta de las elecciones regionales, el domingo pasado , hizo coincidir el subidón electoral del FN y las revelaciones sobre el origen suburbano francés, de varios de los asesinos, terroristas y kamikazes protagonistas del 13-N.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación