Berlín pide que paguen los países que no quieren refugiados
De los 160.000 inmigrantes cuyo reparto ha sido ya acordado, solo 160 han llegado a su destino
«Quien no esté preparado para acoger a refugiados en su territorio tendría que hacer una aportación extraordinaria a un fondo europeo para que así al menos contribuya a ayudar a esa gente a sobrevivir». Así planteaba ayer el ministro alemán de Desarrollo, Gerd Müller , la creación de un fondo europeo que permita compatibilizar el reparto de cuotas de refugiados con las serias reticencias de varios países europeos a cumplir con la suya.
De los 160.000 refugiados cuyo reparto ha sido ya acordado por los países europeos, solamente 160 han llegado a su destino por el momento. «Es increíble», decía Müller en la cadena de televisión ZDF, «por eso es necesaria una unidad operativa en Bruselas». El líder parlamentario de la CDU de Merkel, Volker Kauder, insistía por su parte en «la necesidad de una policía fronteriza europea cuanto antes».
Alemania, al límite de su capacidad, lanza esta propuesta a la Comisión Europea, a la que señala como responsable del incumplimiento. Las solicitudes de asilo ante las autoridades germanas han superado ya el millón y, aunque el flujo de entrada parece ir reduciéndose, sigue entre las 2.000 y 3.000 llegadas al día , un ritmo insostenible.
Según informaba ayer el diario Bild, la gran coalición se ha puesto de acuerdo en lo que en adelante Alemania considerará un «flujo sostenible» y que será de mil entradas diarias , o lo que es lo mismo, unos 400.000 anuales. También hay un principio de acuerdo para, si la cifra no baja de esa línea roja a medio plazo, proceder a cierres fronterizos o al rechazo temporal de refugiados.
Este giro se percibió ayer, en el congreso que el Partido Socialdemócrata (SPD) celebra en Berlín y en el que el jefe del grupo parlamentario constató: «Creo que poco a poco estamos tocando nuestro tope». Incluso los miembros de las juventudes del partido están de acuerdo en el viraje. «Hablar de límite de capacidad de absorción de Alemania no significa el final de la cultura de la bienvenida, sino precisamente su éxito», señalaba su jefa, Johanna Uekermann, añadiendo que ya ha llegado la hora de Europa.
La crisis de los refugiados somete a gran presión a la Administración alemana. Acaba de dimitir el responsable de la LaGeSo, centro de acogida de Berlín, Franz Allert, declarándose «desbordado». Y los constantes sucesos erosionan la generosidad ciudadana. Ayer mismo, doce refugiados de entre 12 y 16 años de edad y un profesor resultaron heridos por arma blanca en un colegio de Neuköln, en Berlín.