Renzi se apunta una victoria política con la reforma del Senado
La nueva Cámara Alta se limitará a coordinar la legislación estatal y de las autonomías
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Italia dio este martes un adiós histórico al Senado y al llamado «bicameralismo perfecto». Durante 50 años se había perseguido sin éxito esta reforma , porque al contar con dos Cámaras legislativas con los mismos poderes, se eternizaba el proceso legislativo. La Cámara alta no cambia de nombre, pero nace el Senado de las Autonomías, con otras funciones, competencias y nueva composición. Una importante victoria política para el primer ministro, Matteo Renzi, que ve cómo progresa su reforma política.
Los actuales 315 senadores se reducen a 100 : de ellos 95 serán elegidos entre los consejeros regionales y alcaldes, y otros 5 nombrados por el presidente de la República. Se reducen sustancialmente sus funciones: no votarán la confianza al gobierno ni la ley de presupuestos, y no tendrán competencia en temas éticos. La función principal del nuevo Senado será coordinar la legislación estatal con las de los entes territoriales, y tendrá competencias en leyes de rango constitucional y ratificación de tratados internacionales. Parte muy importante de la reforma es el cambio del Título V de la Constitución, con materias como energía que vuelven a ser competencia del Estado. Habrá otros asuntos, como sanidad y bienestar social que pueden pasar a las regiones si tienen equilibrio presupuestario.
En cualquier caso, queda abolida la posibilidad de que haya competencia entre el Estado y las regiones : una cláusula de salvaguardia estipula que el Estado podrá reclamar para sí materias de interés fundamental. Por último, se suprimen las provincias y el Consejo Nacional de Economía y Trabajo, un ente inútil que costaba 30 millones de euros al año. Renzi manifestó anoche que con esta reforma «Italia es más fuerte», porque se podrá legislar y adoptar medidas con más rapidez. «En esta época de crisis no es razonable que las regiones se transformen en microestados que crean que pueden gobernarlo todo. No habrá más conflictos entre regiones y Estado», explicó Renzi.
El Senado ha mostrado en el debate sobre su reforma el deterioro y descrédito de la política en este país. Así se refleja en los siguientes datos: desde el comienzo de la legislatura, en dos años y medio, han cambiado de «chaqueta» política 297 parlamentarios , casi uno de cada tres: 147 en la Cámara de un total de 630; y 150 entre 315 en el Senado. Se explica así el malhumor y lejanía de los italianos con su clase política: las encuestas señalan que si hoy hubiera elecciones generales, el abstencionismo seria con diferencia la fuerza más representada.
Quedan ahora solo dos pasos formales para que nazca el nuevo Senado: la aprobación del decreto ley con mayoría absoluta (161 votos) en enero y un referéndum popular en octubre de 2016 . Renzi actúa con gran pragmatismo en sus reformas, hasta el punto de que «L’ Espresso», semanario de centro izquierda, lo compara en esta semana con el socialista Bettino Craxi (ex primer ministro, 1983-1987), por su «énfasis en el optimismo, desprecio hacia los intelectuales y ocupación sin escrúpulos del poder».