entrevista con fady yarak, director de educación del líbano
«Con cada niño refugiado que triunfa en el colegio hemos salvado una vida, pero también la sociedad»
En el Líbano, 1.172.753 sirios intentan comenzar una nueva vida alejados de la violencia. Unos 400.000 son niños
![«Con cada niño refugiado que triunfa en el colegio hemos salvado una vida, pero también la sociedad»](https://s1.abcstatics.com/Media/201509/13/fady-yarak_xoptimizadax--644x362.jpg)
Líbano es un pequeño país de cuatro millones de habitantes, sujeto a las tensiones históricas de Oriente Próximo, la región donde se ubica. Su frontera oriental linda con Siria, donde la guerra que empezó en 2011 todavía hace estragos. Una crisis que ahora se manifesta en las oleadas de refugiados que huyen del conflicto y de la violencia practicada por grupos terroristas como Estado Islámico . Como sucede siempre, los niños son quienes más sufren. Fady Yarak, director general de educación libanés, llega a Madrid para recordarlo, en el marco de un seminario organizado por la Fundación Promoción Social de la Cultura (FPSC).
Según datos proporcionados por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, el número de refugiados sirios superó los cuatro millones en julio de 2015 . Por orden, el mayor país de acogida es Turquía. El siguiente es el Líbano, donde 1.172.753 personas intentan comenzar una nueva vida alejados de la violencia. Unos 400.000 son niños. Como explica Yarak, el reto es enorme: esa cifra supera el total de menores libaneses escolarizados, alrededor de 300.000. Pero su país ha decidido apostar por la educación como remedio a su sufrimiento y garantía para que las heridas de la guerra no les impidan construir su futuro.
¿Cómo es la atención educativa que reciben los niños refugiados sirios?
Desde 2011 comenzamos a recibir refugiados sirios y actualmente tenemos alrededor de un millón y medio en un pequeño país con cuatro millones de habitantes. La tercera parte del país está llena de refugiados. La estimación es que entre ellos hay 400.000 niños con edad de ser escolarizados . Por este motivo, el Gobierno libanés, especialmente el Ministerio de Educación, ha diseñado una estrategia para responder a esta gran crisis. Hemos abierto las escuelas a todos los refugiados, a los niños.
Estamos trabajando con la comunidad internacional, la Unión Europea, los países europeos, las agencias de cooperación de las Naciones Unidas y el Banco Mundial para poder ayudar a estos niños. Nuestras necesidades son grandes. En la escuela libanesa hay 300.000 alumnos y necesitamos dar educación a 400.000 refugiados.
¿Cuáles son las dificultades?
La diferencia de idiomas, la amortización de los equipos y de las infraestructuras, los niños que tienen dificultades para aprender y las familias que se desplazan de una ciudad a otra. El gran trabajo es de coordinación con las organizaciones, una gran labor que hay que administrar. Existe un gran problema de financiación .
¿Y las diferencias culturales?
A veces los niños vienen del medio rural y de otros sistemas educativos. Algunos no conocen los idiomas. Hay muchas diferencias que deben gestionar los profesores . Es difícil, por eso hay que dar apoyo técnico a los maestros para enseñar a los niños que tienen niveles académicos diferentes o que vienen de medios sociales distintos, que han vivido bajo tensión, o que no han ido a la escuela durante varios años.
¿Cómo es la relación de los niños que llegan de la guerra con los niños libaneses?
Los niños siempre son complicados. Imagine niños traumatizados, que han vivido mucha violencia. Hay veces que no resulta evidente pero hay muchas tensiones. La educación permite su protección. Mejor un niño en una escuela que un niño en la calle . Y el debate, lo que lo complica, es que no tenemos campos de refugiados y por eso están por todas partes, en cada pueblo.
¿Cómo es la atención psicológica que reciben estos niños?
A través de la dramaterapia, expresándose con el baile, con el teatro. Con un sistema de actividades extraescolares . El deporte ayuda mucho, dado que este tipo de actividades tranquiliza, reduce la tensión.
¿Los padres de los niños refugiados se implican en su educación?
Depende. Hay un gran trabajo que se hace con los asistentes sociales y las ONG, porque los padres también tienen otros problemas. Es importante motivar a los padres para que envíen y a dejen enviar a los niños al colegio . Hay algunos que son una ayuda para su casa o hacen un trabajo. Pero poco a poco ven la importancia de la escuela, lo que representa para ellos.
¿Puede contarme algún caso particular?
Lo que más conmueve es el caso de los niños que no han visto nunca juguetes. Cuando los ven en los colegios para ellos es muy importante. Solo hay que ver sus dibujos, que a veces hacen llorar . Dibujan la guerra, a las personas que han perdido, los bombardeos. También hay niñas que quieren estudiar, que quieren aprender, que son brillantes. Con cada niño que triunfa en el colegio hemos salvado una vida, pero también a la sociedad. Si no, ¿en qué se iban a convertir? ¿en delincuentes, en criminales? O incluso en terroristas. Así que la educación es la protección.
¿Cuál es la reacción de la sociedad con las personas que llegan?
No se puede describir porque hay muchos casos. La situación se ha vuelto una realidad en cada casa, en cada barrio .
¿Cree que todos esos niños volverán algún día a su país? ¿Se quedarán en Líbano?
No. Yo espero que regresen a su país. Es mejor para ellos, creo. Lo ideal es que cada uno viva bien en su país, porque así pueden participar en su reconstrucción y en su futuro .
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