El éxodo sirio eclipsa a la guerra en Irak

La división del país y la irrupción de los yihadistas del Estado Islámico han provocado el desplazamiento interno de tres millones de personas

El éxodo sirio eclipsa a la guerra en Irak efe

mikel ayestaran

Las inexistentes armas de destrucción masiva de Sadam Husein unieron los destinos de Afganistán e Irak en 2003. Cuando Estados Unidos estaba en plena invasión afgana y las cosas comenzaban a arrancar tras la etapa talibán, George Bush decidió abrir el frente de Irak y Afganistán pasó a un segundo plano. Las dos ofensivas se solaparon en el tiempo y los afganos siempre culpan a los iraquíes de lo mal que ha salido todo. Ahora es a Irak a quien le toca cumplir el papel de segundón frente a Siria .

Después de más de un año del califato transfronterizo instaurado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) entre Siria e Irak, Occidente busca explicaciones para el éxodo masivo de civiles sirios y las miradas apuntan a los yihadistas con base en Raqqa , unos yihadistas cuyo origen está en el grupo Al Qaida (AQ) en Irak que con el paso de los años se convirtió en Estado Islámico de Irak y Levante para quedarse finalmente en Estado Islámico tras romper sus vínculos con AQ.

Irak es un país roto en tres pedazos, dominado por kurdos, el Gobierno y los yihadistas

Desde 2003 Irak es un país roto en tres pedazos, una división que ha creado tres países en uno. Los kurdos se han hecho fuertes al norte y su región autónoma funciona como una república independiente capaz incluso de exportar su petróleo sin pasar por el control de Bagdad. La mayoría chií tiene el poder del Gobierno central , la capital y el sur del país, mientras que las provincias de mayoría suní, con capitales de provincia como Ramadi o Mosul , se han convertido desde hace más de un año en feudo del EI . Los hombres del califa Abu Baker Al Bagdadi aprovechan el malestar suní por la política sectaria de Bagdad, un malestar que ya sirvió a Al Qaeda tras la invasión de Estados Unidos para crecer y ganar adeptos. Irak es el campo en el que ha nacido y crecido el actual EI.

Cuando Barack Obama anunció hace un año la formación de una alianza internacional para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI), la mayoría de los socios que se sumaron al reto lo hicieron de forma parcial. No estaban dispuestos a atacar suelo sirio, solo iraquí. Esto ha cambiado y países como Turquía, Reino Unido y Francia han extendido sus operaciones a Siria . La alianza cuenta sobre el terreno con el respaldo del Ejército iraquí y de los peshmerga kurdos, pero las fuerzas armadas regulares no tienen apenas protagonismo frente a las milicias de los distintos partidos políticos chiíes y los kurdos pelean por consolidar las fronteras del Kurdistán, no por Irak. Esto provoca que el avance militar de Bagdad sea muy lento y, a excepción de la liberación de Tikrit a finales de marzo, el Gobierno sea incapaz de arrebatar sus feudos al califato.

La división de Irak y la irrupción del EI han provocado el desplazamiento interno de tres millones de personas, un desplazamiento sectario en toda regla que ha llevado a cada familia a buscar refugio entre los suyos, dejando la zona kurda como una especie de santuario donde árabes suníes y chiíes tienen cabida, aunque tras la irrupción del EI las autoridades kurdas están al borde del colapso.

Consecuencias de la invasión

Como en Afganistán, la intervención militar extranjera en Irak ha provocado el éxodo de miles de personas, especialmente las pertenecientes a minorías religiosas. Once años después de la invasión Irak fue en 2014 el segundo país, por detrás de Siria, en número de peticiones de asilo con 68.700 , el doble que el año anterior, según los últimos datos de Naciones Unidas. «Estos números son un reflejo de la calamidad y la violencia que sufre Irak», según Melissa Flemming, portavoz de Acnur. El tercer país en número de peticiones de asilo lo ocupa Afganistán.

El drama humano contrasta con el resurgimiento del sector energético que en 2015 alcanzará máximos históricos, según reveló el ministro de Petróleo, Adil Abd al Mahdi , que situó la producción en cuatro millones de barriles por día «por primera vez en la historia». Ese dinero, sin embargo, no llega a un pueblo que, pese a los problemas de seguridad, desde hace dos semanas protesta en las calles de la capital contra la corrupción de sus políticos y exige cambios.

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