Pulso entre Merkel y Schäuble por el tercer rescate a Grecia
El Ministerio de Finanzas cuestiona el memorándum acordado entre Atenas y sus acreedores internacionales para el préstamo de 85.000 millones y airea las tensiones en el Gobierno alemán
La disparidad de criterios en el seno del Gobierno alemán pone en cuarentena el tercer rescate a Grecia . Los 85.000 millones de euros en préstamos a la jadeante Hacienda griega tendrán que esperar a que las cosas se aclaren en Berlín, donde se alzaron ayer voces discordantes respecto al preacuerdo alcanzado entre Atenas y sus acreedores internacionales. Si por la mañana el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, indicaba que el Memorándum de Entendimiento (MoU por sus siglas en inglés) alcanzado iba en una «dirección correcta», el departamento de Finanzas lo ponía en cuestión por la tarde y reclamaba mayor concreción en las medidas.
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Estas contradicciones vuelven a poner de manifiesto la tensión respecto a esta crisis interminable entre las tesis de la canciller, Angela Merkel , deseosa de encontrar una salida que preserve la integridad del euro, y las de su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble , partidario de la línea dura frente al Gobierno de Alexis Tsipras y erigido en portavoz del amplio sector de la opinión pública alemana harto de sostener a los griegos. En esa pugna interna, el Ministerio de Economía del socialdemócrata Sigmar Gabriel se alineó con las tesis más flexibles de Merkel y dio su visto bueno inicial al MoU.
La salida de Varufakis
Aunque Seibert admitió que es «demasiado pronto» para una valoración concluyente de un acuerdo que llegó a los despachos del Gobierno federal a las 21.30 horas del martes, indicó que se ha logrado «un resultado notable». Según el portavoz, el Gobierno griego se comportó de manera «constructiva» y «la atmósfera de negociación fue tan buena como hacía tiempo que no lo era», un mensaje que pone de manifiesto el alivio que para los alemanes supuso la salida del exministro griego Yanis Varufakis de las conversaciones. Fuentes comunitarias confirmaron a Reuters que la caída de Varufakis había supuesto un «cambio de tendencia» en el diálogo.
Pero, con Varufakis o sin él, la necesidad de terminar de convencer al férreo Schäuble pervive. Su ministerio envió ayer mismo a Bruselas un documento de dos páginas, titulado «Examen preliminar del MoU», en el que indica que el Gobierno griego «no es completamente claro sobre la dirección de las políticas» que deberá seguir en los próximos años para garantizar la devolución de los préstamos. Ante el revuelo provocado por esta primera valoración, los funcionarios de Schäuble tuvieron que difundir un comunicado recordando que el proceso de evaluación aún no ha terminado, por lo que todavía es pronto para emitir un juicio definitivo. El comunicado aclaraba que, en contra de informaciones «erróneas», el Ministerio alemán de Finanzas no está en contra del MoU.
Pero ya era tarde. El documento remitido a Bruselas levantó ampollas en los círculos del poder en Berlín. «Estamos sorprendidos acerca del informe con una supuesta posición del Gobierno federal», comentaba un portavoz de Economía a Reuters. Añadía que este ministerio, el de Gabriel, «evalúa las negociaciones de manera positiva» y que aún no existe una opinión conjunta del Ejecutivo. Pese a las desavenencias, en Alemania se mantiene la esperanza en que se podrá pulir el documento antes de la reunión del Eurogrupo de mañana, que le tendrá que dar luz verde definitiva.