La zona euro se blindará por si debe dejar atrás a Grecia
Los cinco presidentes lanzan su plan para perfeccionar la unión económica y monetaria
El euro es una construcción inacabada y es necesario que los países que forman parte de la moneda única avancen de forma decisiva hacia una mayor integración económica y fiscal, y hasta cierta «soberanía compartida» con las instituciones comunitarias. Esa es la idea central de la carta de los Cinco Presidentes (la Comisión, el Consejo, el Eurogrupo, el Banco Central Europeo y el Parlamento) que está previsto que sea presentada en la cumbre del próximo jueves, pero que ya ha empezado a circular en Bruselas y de la que ABC ha obtenido una copia .
La propuesta establece tres etapas que van desde el momento actual hasta 2025 «como muy tarde», y se presenta como un proceso que pone en marcha una Europa a dos velocidades, en la que un grupo de países pueda avanzar más rápidamente hacia una mayor integración. Los objetivos que se marca para alcanzar la «genuina unión económica y monetaria» están en las antípodas de la visión que tiene el actual gobierno populista griego respecto al control de las finanzas públicas por parte de las instituciones europeas.
Pero lo que parece un obstáculo podría ser considerado una solución, puesto que en todo momento el proceso aparece como voluntario para los países «que cumplan las condiciones» para formar parte de esta nueva etapa. De este modo Grecia podría permanecer donde está, mientras los demás países del euro –o una parte de ellos– avanzan en una dirección en la que la actual política del Gobierno heleno no tiene cabida.
Los redactores del documento que, en teoría, han tenido en cuenta las sugerencias de los gobiernos nacionales para asegurarse una buena acogida, no plantean la necesidad de reformar los tratados hasta un estado más avanzado en la evolución de esta nueva unión económica y monetaria.
Lo más urgente, según el proyecto, es utilizar los recursos al alcance de los tratados actuales para poner en marcha el proceso. En la primavera de 2017, la Comisión Europea deberá presentar un informe sobre los progresos alcanzados y «las medidas de naturaleza legal necesarias para completar la segunda fase de la Unión Económica y Monetaria». El documento sugiere que, a partir de entonces, se espera que existan condiciones políticas para emprender la redacción, aprobación y ratificación de nuevos tratados que completen la unión fiscal con el horizonte de una unión política.
Asimismo se prevé que, en la segunda fase , los países participantes deberán iniciar una convergencia real en materia económica, con la extensión de los mismos estándares en materia de legislación laboral, entorno empresarial y administración «incluidos ciertos aspectos de la política social como una base común del impuesto de sociedades».
Para la fase más avanzada se propone una mayor coordinación entre los Parlamentos nacionales, el Parlamento Europeo y la Comisión como autoridad encargada de hacer recomendaciones y fiscalizar el gasto público.
Tesoro de la zona euro
La propuesta más ambiciosa es la creación de un Consejo Fiscal Europeo y de un Tesoro de la zona euro como concepto estabilizador de la moneda única, con un papel esencial para el recientemente creado Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas.
También se considera imprescindible que la zona euro esté representada de una forma clara las instituciones globales, especialmente en el Fondo Monetario Internacional , «donde la zona euro no está representada como tal, lo que provoca una fragmentación de su potencial influencia».
En este campo, el documento preconiza la creación de una presidencia estable del Eurogrupo, ocupada por un responsable político a tiempo completo, y no por un ministro en ejercicio como hasta ahora. A corto plazo sugiere que el puesto «se refuerce y se le dote de más medios», sin mayores precisiones. Ambos conceptos están dentro de lo que le interesa a España a más corto plazo.
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