El mercado del ocio electrónico en África

La nigeriana Gamsole es la primera empresa regional en alcanzar el millón descargas de sus videojuegos para el teléfono móvil

El mercado del ocio electrónico en África ERNESTO AGUDO

EDUARDO S. MOLANO

Como ya hiciera en el pasado con el entretenimiento audiovisual y su fábrica de sueños «Nollywood» , en los últimos tiempos, Nigeria comienza a poner sus ojos en otro de los sectores de divertimento más fértiles: el ocio electrónico.

Abiola Elijah Olaniran es uno de los nuevos visionarios. Fundador de Gamsole, la primera empresa regional de videojuegos en alcanzar el millón de descargas (notable es su exitoso «Traffic Jam» , con un tema tan local como los problemas de tráfico en la populosa Lagos), Olaniran basa su notoriedad en la simpleza.

«Somos una compañía que diseña videojuegos desde una perspectiva africana, pero con un punto de vista también internacional» asegura a ABC. Para el emprendedor, a la hora de diseñar juegos en el continente africano hay que tener en cuenta no solo las necesidades locales. «Tenemos usuarios de todo el mundo. Por ello, decidimos centrarnos en una plataforma como Windows Phone (en lugar de Android o IOS) porque es un mercado nuevo, sin competencia, que ofrece oportunidades de amplia visibilidad», destaca Abiola.

El caso de Gamsole y Nigeria no es único en el continente. A comienzos de año, el Gobierno de Kenia ponía la primera piedra (moral) a uno de sus proyectos más ambiciosos: la edificación del «Silicon Valley de la sabana», una nueva ciudad destinada a convertirse en el centro tecnológico de la región. Pese a que su construcción no será finalizada de forma definitiva hasta dentro de veinte años, Konza City Technology —como así se llama el intercepto— está previsto genere más de 200.000 puestos de trabajo.

La apuesta no es menor: el coste del nuevo centro de negocios será cercano a los 11.000 millones de euros con el objetivo de atraer a empresas de «externalización» de procesos, desarrollo de software o almacenamiento de datos.

No son poca cosa, para un centro financiero a unos 60 kilómetros al sureste de la capital, Nairobi, y que será generado del polvo.

«La amplia infraestructura de Kenia y una población de mayoría angloparlantes serán recursos inmenso para Konza City Technology», aseguraba durante la presentación del proyecto el, por entonces, ministro de Información y Comunicaciones, Samuel Poghisio,.

Para Poghisio, la nueva ciudad debía convertirse «en un faro de excelencia y esperanza» para el continente africano.

Y, aunque parezca lo contrario, hermanos no le faltan. Desde su apertura en 2010, la comunidad tecnológica iHub se ha convertido en el principal germen de los más innovadores diseños del continente. Caso de «Ushahidi», una plataforma de código abierto de información ciudadana y cuyo origen se remonta a la ola de violencia post-electoral que sufrió el país africano en 2007-2008.

«El éxito de la iHub se fundamenta en haber sabido organizar una base sólida de asesores y miembros de la comunidad que entienden su ciudad, sus compañeros y su región», destaca con asiduidad Erik Hersman, fundador de este espacio abierto a jóvenes emprendedores. Precisamente, disponer de una comunidad de expertos en tecnología que comprenden las actuales necesidades de la sociedad keniana se antoja como su principal virtud.

Mercado y banco móvil

Más aún, en una región de características propias y cuya apuesta es fundamentalmente móvil. En la actualidad, cerca del 80% de la población adulta del África subsahariana no dispone de cuenta bancaria. Una carencia que contribuyen a soliviantar servicios como el keniano M-Pesa, que permite a sus clientes realizar transacciones financieras por teléfono móvil.

Desarrollado en 2007 por la compañía de telecomunicaciones Safaricom, M-Pesa (del swahili «Pesa», dinero) es el máximo exponente de la creatividad tecnológica que experimenta el sector financiero africano. Sobre todo, en un país como Kenia, que pese a contar con un índice de analfabetismo del 28%, dispone de más de 24 millones de teléfonos móviles.

Precisamente es la absoluta sencillez y su accesibilidad (el servicio cuenta con más de 17 millones de clientes, más de un tercio de la población del país), la principal virtud de M-Pesa. Para comenzar a utilizar este servicio, tan sólo es necesario registrarse en cualquiera de los más de 27.000 puntos de venta autorizados que Safaricom dispone en el país, así como proporcionar un número de teléfono móvil.

Finalizado el proceso (totalmente gratuito), el usuario podrá desde ingresar dinero en su «cuenta virtual» a enviar fondos a otros usuarios mediante SMS, pasando por el pago de facturas o servicios. Todo ello, en una red mercantil que no se limita tan sólo a Kenia, sino que incluye Tanzania, Reino Unido o Sudáfrica.

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