Entrevista al ministro de Derechos Humanos de Irak:
«Irak puede derrotar a los yihadistas del EI en tres meses»
Sobrevivió a un atentado en 2006 y dicen de él que es el político con el peor trabajo del mundo. No cree que su país necesite tropas occidentales
A Mohammed Mahdi Al-Bayati sus anfitriones ingleses lo presentan, con cierto humor negro, como «el hombre con el peor trabajo del mundo». La verdad es que no tiene un empleo envidiable. Desde septiembre este político cincuentón de la minoría turcomana es el ministro de Derechos Humanos de Irak, lo que viene a ser como tratar de vender vino en la Meca. Al Bayati luchó en la clandestinidad contra Sadam Husein, que torturó a su familia, y es parlamentario en Bagdad desde 2006. Ese año sufrió un grave atentado en su ciudad, Kirkuk, con daños en un ojo, la cabeza y una pierna. Cuando se le dice que es un milagro que siga vivo, se ríe tocándose las heridas en su habitación de un hotel del centro de Londres, donde habla con ABC. El séquito de cuatro personas que lo acompaña tocan la mesa a modo de broma supersticiosa cuando se menciona el atentado y tratan al ministro de «su excelencia». Su traductora al inglés es una iraquí con el cabello al aire.
–¿Tiene usted realmente «el peor trabajo del mundo»?
–Aquí en Londres un trabajo así no tiene problemas. Es fácil. Los derechos humanos están consolidados. Pero allí en Irak tenemos todo tipo de violaciones, y sí, tienes que trabajar muchísimo.
–¿Se precipitó Obama abandonando Irak tan rápido?
–Había un acuerdo entre los dos países y se cumplió. El problema no es que se fuesen, sino que las tropas iraquíes no estaban preparadas. Esto es una guerra atípica. No se enfrentan dos Ejércitos, Estado Islámico es otra cosa, un monstruo, por eso tuvimos un fallo tras la marcha de los americanos.
–¿Es posible vencer a los yihadistas del EI sin tropas occidentales sobre el terreno?
–Tampoco es ese el problema, sino entrenar a nuestra gente bien. Hemos tenido ya algunos grandes éxitos contra Estado Islámico en muchas zonas, por ejemplo en Tikrit. No necesitamos tropas occidentales. Tenemos nuestro ejército y un montón de voluntarios. Irak puede destruir al EI en tres meses. Nuestro Gobierno tiene la firme voluntad de derrotarlos en tres meses.
–Cuesta creerlo…
–Pues yo le digo que volveremos a Londres y lo celebraremos [el ministro se carcajea a gusto].
–Me habla de EI, pero antes de eso ustedes ya se mataban de mala manera en la guerra civil de chiíes contra suníes. A veces parece que hasta vivían más tranquilos bajo un criminal como Sadam.
–Es que son los mismos. Los líderes de EI son antigua gente de Sadam, de su partido Baaz. Los mismos con otros ropajes. Y antes de ellos tuvimos Al Qaida. No es un tema solo de suníes y chiíes.
–En Occidente tenemos la sensación de que el clero musulmán es muy pasivo en su condena del terrorismo yihadista.
–Cristianos, musulmanes… Lo que tiene que haber es paz. Nadie debe ser asesinado, y menos por su religión. El Estado Islámico es un monstruo, repito. Estamos luchando contra un monstruo. Todos somos seres humanos; todos somos hermanos. No son verdaderos musulmanes. Son un problema mundial. No solo de Irak y Siria. Están entrando en Túnez, Libia, África, Mauritania… Puede ser que algunos clérigos en su plegaria de los viernes animen a la gente a ir a luchar con el estado Islámico. Pero no representan a los musulmanes de verdad y están financiados por gobiernos regionales.
–¿Están financiando a Estado Islámico importantes países petroleros de la zona?
–Se lo contaría con la grabadora apagada. Ahora solo le diré una cosa. Usted conoce a los talibanes de Afganistán, ¿verdad? Y le hago otra pregunta: ¿Quién los financió hace quince años? Pues ya sabe…
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