Giorgio Napolitano anunciará su dimisión como presidente de Italia a finales de año

Considerado uno de los mejores mandatarios del país, se marcha extenuado y harto de que la clase política no acometa reformas imprescindibles

Giorgio Napolitano anunciará su dimisión como presidente de Italia a finales de año efe

ángel gómez fuentes

Giorgio Napolitano , uno de los mejores presidentes de la República de Italia, está punto de decir adiós al cargo y abandonar el Palacio del Quirinal, la residencia del jefe del Estado. Los medios italianos dan por hecho que Napolitano anunciará su despedida a finales de año. La razón fundamental es que físicamente ha llegado al límite de sus fuerzas.

Napolitano, que cumplirá 90 años el próximo junio, realiza un trabajo extenuante desde que estalló la crisis económica . Una fase dramática para Italia, que ha vivido circunstancias excepcionales. Como presidente de la República se ha visto obligado a nominar tres primeros ministros sin que hubieran obtenido la aprobación de las urnas: Mario Monti, Enrico Letta y Matteo Renzi .

«No se le pueden pedir más sacrificios, se hace todo solo, se escribe sus discursos...»

Frente a una clase política sumamente desprestigiada, el presidente Napolitano ha mantenido siempre un altísimo grado de consenso popular y se ha ganado un gran respeto y prestigio internacional. Su mejor amigo desde los tiempos del PCI (Partido comunista italiano), Emanuele Macaluso, político, intelectual y periodista, considera inevitable el adiós de Napolitano: «No se le pueden pedir más sacrificios; hay también un problema de salud y un estrés terrible, sobre todo en estos meses, teniendo en cuenta que él se hace todo solo, escribe sus discursos, incluso los telegramas…».

Giorgio Napolitano inició su mandato de siete años el 15 mayo 2006. Tenía que haber abandonado el cargo en mayo 2013, pero por primera vez en su historia republicana, el Parlamento reeligió un presidente para un segundo mandato . El Partido Democrático y el Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi le pidieron que volviera a presentar su candidatura como única alternativa para resolver el caos en que se encontraba la política italiana, con un Parlamento que se había mostrado incapaz de elegir un presidente.

Napolitano aceptó y, tras el juramento, en su discurso a las Cámaras, con la voz entrecortada por la emoción en varias ocasiones, el presidente marcó el camino al Parlamento y al país. El jefe del Estado atacó a los partidos, considerándolos sordos y estériles, por no haber sido capaces de acometer las reformas. A las peticiones de renovación, «no se han dado soluciones satisfactorias», sino que han prevalecido «contraposiciones, lentitud, dudas sobre las decisiones a adoptar, cálculos de conveniencia, táctica e instrumentalización», advirtió Napolitano. A continuación precisó que ejercería el cargo de presidente «hasta que la situación del país y de las instituciones me lo sugieran, y las fuerzas me lo consientan». Es decir, dejaba claro que no pensaba permanecer otros siete años en el Quirinal, sino el tiempo justo para que, tras su especie de ultimátum a las fuerzas políticas, se hicieran en breve algunas reformas, como la constitucional, la administración pública, la justicia y en especial la ley electoral.

Desilusión

Pero ha pasado ya año y medio desde ese discurso y Napolitano no esconde su desilusión por que todavía no se han realizado esas reformas, ni siquiera de la ley electoral. Matteo Renzi prometió al inicio de su mandato, en febrero 2014, hacer las reformas en tres meses, pero el 1 de julio rebajó sus ambiciones y se dio «mil días para cambiar Italia».

Giorgio Napolitano advirtió que Italia no tendría un presidente nonagenario. Y cumplirá su palabra: cumple los 90 años en junio. Pero se marchará antes porque está cansado y no puede continuar esperando a su edad a que los partidos acometan las reformas. Cabe preguntarse por qué las fuerzas políticas no han sabido responder a su ultimátum para llevar adelante un programa de reformas. Emanuele Macaluso acusa directamente a la debilidad de la clase política: «El presidente Napolitano dio con la fusta al Parlamento en su discurso de juramento; si le das con la fusta a un caballo, éste se mueve; si le das a un asno, se pone a dar coces…».

Batalla por la sucesión

Ante el clamor que ha suscitado su próxima despedida, el Quirinal ha hecho público un comunicado en el que subraya que «ni desmiente ni confirma» la noticia y precisa que «los límites y las condiciones temporales» con las que aceptó el segundo mandato son conocidos desde hace tiempo.

El calendario de su despedida podría ser éste: a finales de año, en su tradicional discurso a la nación, podría anunciar su dimisión,y presentarla formalmente alguna semana después. Desde ese momento, se abriría un periodo de 15 días para convocar el Parlamento y dar comienzo a la elección por mayoría de un nuevo presidente de la República. Mientras, se habla ya de posibles sucesores de Napolitano. Entre los nombres con peso y prestigio internacional solo aparece Romano Prodi, pero difícilmente saldrá elegido porque cuenta con la firme oposición de Silvio Berlusconi. Otros candidatos son: Roberta Pinotti (PD), ministra de Defensa; la senadora Anna Finocchiaro, magistrada; Giuliano Amato, ex primer ministro, Piero Fassino (PD), alcalde de Turín, y Pier Carlo Padoan, actual ministro de Economía.

Giorgio Napolitano anunciará su dimisión como presidente de Italia a finales de año

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