¿Por qué el griego también da nombre a una práctica sexual?

El nombre viene del siglo XIX y la intención era, logicamente, evitar llamar a la práctica por su nombre...

¿Por qué el griego también da nombre a una práctica sexual? fotolia

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Probablemente nunca te preguntaste por qué la gran mayoría de las posturas sexuales reciben nombres alusivos a países . Las conversaciones nunca llegan ahí porque estas cuestiones, si no es en la habitación, terminan derivando en chistes y sobre todo, en soslayos. Y es que hablar de sexo siempre ha sido tabú y si bien ahora asistimos a una liberación o más bien libertinaje sobre estas cuestiones, hay terrenos que rara vez se sobrepasan : por ejemplo, el del sexo anal.

«El sexo anal ha tenido un cariz de humillación, de poder, aunque sea una práctica sexual absolutamente normalizada. Histórica y antropológicamente es habitual pero las culturas occidentales han reprimido la sexualidad castigando determinadas prácticas sexuales: el sexo anal, también la masturbación, etc», explica el sexólogo y psicólogo Roberto Sanz .

El hecho de llamar al sexo anal «hacer un griego» tiene algo que ver con esa «represión». Y es que aludir a las cosas por su nombre, en este caso, no siempre es recomendable. «El término nace en el siglo XIX cuando surgen los sofisticados prostíbulos en Francia, Italia (Trieste), en Alemania (Baden-Baden) donde la gente elegante y fina se iba de vacaciones y allí se ofrecían servicios. Es decir, no era la famosa casa burdel sino que era más sofisticado. Se trata del momento en el que asciende una clase media alta que es la que da origen a las grandes fortunas europeas . La clase media privilegiada que construye el liceo en Barcelona o que en Francia pone de moda los casinos, los holandeses o belgas que se enriquecen a costa de África. Es la época en la que se hacían coches de lujo, alta costura y joyas sofisticadas , en principio para los nobles pero luego para esa clase media que quería consumir todo y entre ello, la prostitución . Es en este momento cuando aparecen los burdeles de hombres, no solo de mujeres», señala la sexóloga Pilar Cristóbal.

Y con esa intención de consumir sofisticación también se le da a estas prácticas nombres «finos». «Se habla de hacer un francés o un griego para no aludir a lo que significan directamente porque queda mal llamarlo por su nombre, siempre es más fino decir "francés" o "griego"», señala la experta

¿Y por qué griego y no otra nacionalidad para el sexo anal? «Porque de aguna manera, aunque no fuera verdad, en el siglo XIX se creía que en Grecia se le había dado carta de naturaleza a la homosexualidad masculina , y como se supone que la práctica estrella es la penetracion anal quedó ese nombre. La gente pensaba que eran los griegos lo que inventaron el coito anal», asegura Cristóbal.

Culturas guerreras

En cualquier caso, la experta matiza que la libertad sexual de Grecia no fue tal. «Es verdad que en Grecia la homosexualidad era obligatoria, pero no solo en Grecia sino en todas las culturas guerreras . Estos pasan por una fase de 'guerrero-esposa' porque a los mayores se les asignaba un joven para cuidarle las armas y a su vez, a modo de desahogo. Eso estaba bien visto mientras el guerrero no era mayor, pero en cuanto crecía ya no se permitía que fuera homosexual. De hecho, Sócrates fue el primero que aseguró que el amor era posible entre hombres y le hicieron beber cicuta por corruptor de la juventud ».

Otro ejemplo, cita la experta, es el de Platón. «Cuando hablaba del amor platónico y decía que el hombre es superior y que la mujer un intermedio por lo que el verdadero amor era entre iguales, osea entre hombres, no aludía a nada físico, sino platónico. Tampoco había dioses homosexuales». En definitiva, basarse en Grecia « viste mucho », lo mismo se hizo en los 60' cuando empezaron numerosas revoluciones para reivindicar la dignidad, concluye.

Significado personal

En cualquier caso, la práctica ha sido estigmatizada siempre. «Al darle connotación de sumisión o de dominación ha sido reprimida pero no tiene por qué suponer nada, es igual que una penetración vaginal, el significado se lo da cada persona », apunta Sanz.

«En consulta se habla de todo con más libertad pero aún así sigue siendo tabú aunque las parejas heterosexuales lo practiquen mucho», asegura el experto.

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