Teresa Rabal: «Han sido tres años muy duros, que trataré de superar poco a poco»
La viuda de Eduardo Rodrigo evoca la figura de quien fue su compañero de vida
Cuenta la entrañable Asunción Balaguer sobre el que fuera su yerno, Eduardo Rodrigo , fallecido el pasado lunes a los 73 años de edad, que cuando supo que había conquistado a su hija Teresa (64), pensó: «¿Cómo se puede enamorar de un hombre tan mayor? Pero Eduardo fue muy bueno con ella». El músico argentino, al cabo, fue el alter ego de la «niña de los ojos» del gran Paco Rabal ; su media naranja, su complemento perfecto dentro y fuera de su hogar en la sierra madrileña. En un emotivo comunicado emitido tras la muerte de Rodrigo a causa de una enfermedad pulmonar , su viuda reconocía que «juntos construimos una carrera y una familia que nos ha hecho muy felices durante estos 44 años». Y añadía: «Fue un excelente padre, el mejor; un abuelo maravilloso y un marido excepcional, a quien siempre recordaremos con una sonrisa, por su generosidad y su sentido del humor, que le acompañó hasta el último momento. La vida con él fue siempre un regalo».
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Hija de dos actores mayúsculos, Francisco Rabal y Asunción Balaguer, el futuro de Teresa, desde su infancia, parecía estar trazado en torno a la interpretación: tras debutar en el cine a los 9 años, rodó a las órdenes de Mario Camus , Jaime de Armiñán , Pedro Lazaga ... Hasta que en su camino se cruzó un poeta y cantautor argentino, nieto de emigrantes españoles, ávido lector y experto folclorista. A comienzos de los años 70, Eduardo Rodrigo había decidido probar suerte en Europa con una gira; en 1972, recaló en el Festival de Benidorm y lo ganó con el tema «María yo encontré». Por aquel entonces, en España no sólo triunfaban las voces melódicas de Raphael o Julio Iglesias , sino también las muy telúricas de Atahualpa Yupanqui o Jorge Cafrune. La de Eduardo Rodrigo se encontraba entre estas últimas.
Bendiciones paternas
Teresa y Eduardo se encontraron, se enamoraron, convivieron durante unos años y, por expreso deseo de ella, contrajeron matrimonio el 1 de mayo de 1977 en Murcia, en una ceremonia que convirtieron en fiesta popular. Para Francisco Rabal y Asunción Balaguer, su hija ya iba al altar con todas sus bendiciones: «Por lo que a nosotros respecta, ya sois marido y mujer», le dijeron poco antes de la boda.
Días después de enviudar, Teresa atiende a la llamada de ABC y a duras penas explica que «conocí a mi marido cuando yo tenía 19 años y, desde entonces, no nos separamos en ningún momento. Es toda una vida juntos. Ahora, tener cerca a mis hijos (Luis y María) me está ayudando mucho». En su día, Rabal había abandonado su carrera cinematográfica para dedicarse a Eduardo y a su familia. Pero cuando el interés por los solistas como Rodrigo comenzaba a decaer en España, ambos emprendieron una aventura que resultó ser un éxito: la música infantil . A través de programas en TVE y del célebre Circo de Teresa Rabal, que sigue en activo, una generación de niños creció entonando el «Veo, veo», «De oca a oca», «Una cigarra llamada Teresa», «Me pongo de pie...» o «Palmitas con palmitas».
Ahora, refugiada en su casa de Collado Villalba y con el apoyo de su madre –Asunción Balaguer vive casi puerta con puerta–, Teresa Rabal considera que no es el momento para plantearse su futuro, aunque recuperar su ritmo de trabajo (ayer tuvo una gala en Murcia) le ayuda a no pensar obsesivamente en el pasado. «Eduardo estaba muy malito –explica–. Lo ha pasado muy mal . De hecho, han sido tres años muy difíciles en los que todos lo hemos pasado muy mal. Pero cuanto antes vuelva a la normalidad, mejor. Así estaré ocupada y trataré de ir superando todo poco a poco porque ha sido muy duro».
Sin fuerzas
Asunción Balaguer certifica las palabras de la segunda de sus hijos (Benito es el mayor) y, sobre su Teresa, añade que «la pobrecita está muy, muy afectada. Es que ha sido así, como de repente... aunque Eduardo no estaba bien desde hacía un tiempo . Yo, lo único que comentaba siempre es que arrastraba mucho los pies, porque no tenía fuerzas».
La veterana actriz, que sigue en activo a los 91 años de edad, confirma a ABC que el músico falleció de madrugada, horas después de ser ingresado en una clínica. A la pregunta de qué destacaría de su yerno, Asunción lo tiene claro: «Él tenía muy buen trato con todo el mundo . Para mí, lo mejor es que era muy familiar y que sentía un amor especial por sus padres. Las personas que quieren a la familia me dan confianza. A sus padres jamás les faltó nada de nada... Y Eduardo tenía una voz tan bonita».