El susto de Sara Carbonero

La estilosa periodista se queda atascada en el barro dentro de su automóvil a 40 kilómetros de Oporto

Sara Carbonero en su última aparición pública Eduardo de San Bernardo

FRANCISCO CHACÓN

Sara Carbonero ha vivido una experiencia que, afortunadamente, ha quedado en una anécdota, pero que le hizo pasar un mal rato. Sucedió hace unos días, en un bosque que rodea a la localidad de Barcelos, a unos 40 kilómetros de Oporto .

El enclave idílico había llamado su atención y se adentró en semejantes dominios al volante de su automóvil. Disfrutó del paisaje, del aire puro, de una tarde en plena naturaleza.

Pero, cuando se proponía regresar, las ruedas del vehículo se quedaron atoradas en medio del fango y la estilosa periodista llegó a pensar que se había metido en un lío del que le iba a costar salir.

Lo ha confesado ella misma al romper su silencio bloguero justo cuando apenas le resta un mes y medio para dar a luz a su segundo hijo con Íker Casillas.

Menos mal que tenía a mano su teléfono móvil y pudo llamar al servicio de grúa para que los empleados acudieran en su auxilio . El susto se acrecentó al comprobar que la noche se estaba echando encima.

Había llovido bastante en los días anteriores a lo largo de la zona, con fuertes rachas de viento, por lo que la tierra se encontraba blanda y no resultaba extraño que se formaran esas acumulaciones de barro.

«Mi cara al ver la rueda salpicando una especie de estiércol era un poema. Mi primera reacción fue reírme , pero al ver cómo iba anocheciendo y que era incapaz de sacar el coche de allí se me fueron pasando las ganas de broma. Al final, tuvo que venir una grúa a ayudarme. Nada más ver a su conductor, le pregunté: ‘¿A que usted también habría tratado de dar la vuelta en el mismo sitio?’. Lo peor fue el cachondeo que me tocó aguantar los días siguientes . Os podéis imaginar», cuenta ella misma.

Desde primeros del mes de marzo, no se dirigía a los seguidores de su blog, de forma que ahora tiene muchas cosas que contar. Por ejemplo, aprovecha la ocasión que ha aprendido una receta de repostería típicamente portuguesa: un bizcocho llamado «pao-de-ló», en su versión con chocolate.

Igualmente, se refiere de forma indirecta al secretismo de su boda con el ex guardameta del Real Madrid . Así, dice: «Gracias por entender que cada uno es libre de contar sobre su vida hasta donde quiera contar, que todos deberíamos tener el derecho de comunicar las cosas cómo, cuándo y a quiénes queramos. Que la intimidad de cada uno es el mayor de los tesoros , además de ser un derecho fundamental».

Lo que no aclara es si esa apuesta por la discreción llevada al extremo se debe a que había pactado una exclusiva con una conocida revista del corazón .

Próximamente, Sara Carbonero aparecerá en las páginas de edición española de «Harper’s Bazaar», una publicación que ha desplazado a Oporto a varios de sus colaboradores para poner en pie un reportaje en la ciudad, paradigma del Portugal más «cool».

Ése es el vértice más intenso de su relación con la segunda metrópoli del país vecino, después de Lisboa. Por lo demás, Íker no vive precisamente un buen momento profesional , pues el equipo ha desperdiciado las escasas opciones que tenía para hacerse con el título de Liga . La recta final de su embarazo compensa a ambos de esas dificultades en el mundo del fútbol.

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