La peor semana en la vida de Patricia Betancort

«He tocado fondo», dice la perodista tras la implicación de su exmarido en Vitaldent

Patricia Betancort en una imagen de archivo GTRES

I. GIL SANZ

Cuando Patricia Betancort tomó la decisión de separarse de Bartolo Conte, videpresidente de Vitaldent y responsable de la compañía en Italia, tras diez años de convivencia, sintió que aquel era el peor momento de su vida. La distancia (de lunes a jueves, su marido residía en tierras italianas), la falta de comunicación entre ambos, un desconocimiento cada vez mayor sobre la vida que llevaba Bartolo, la incertidumbre... animó a la periodista canaria a poner fin a su matrimonio. Entonces creía que sería cuestión de tiempo reorganizar su vida y cerrar las heridas. Sin embargo, ni en sus peores pesadillas Betancort podía imaginar que lo más duro estaba por llegar.

El pasado martes, la cúpula entera de Vitaldent , con su presidente a la cabeza (Ernesto Colman) era detenida por fraude fiscal y blanqueo de capitales. La trama obtenía 17.250.000 euros al año sólo del canon que cobraban a las 146 clínicas de su franquicia, que abonaban una cuota de 10.000 euros mensuales por centro, en dinero negro. A ello hay que sumar que dichas clínicas debían adquirir todo el material a la marca Vitaldent a unos precios desorbitados. Según la investigación, todo este dineral lo gestionaba el propio Bartolo Conte.

Hace unos días, en declaraciones a ABC, Betancort aseguraba que no quería hablar de más sobre el caso Vitaldent, por desconocimiento y por «no perjudicar al padre de mis hijos» . Hoy, y a medida que la situación se ha ido agravando, la periodista de 13TV reconoce que está hundida. «Bastante duro estaba resultando superar la ruptura y ahora esto», cuenta desconsolada. «Poco o nada puedo contar de lo sucedido, porque todo esto me ha pillado de sorpresa . Desconozco lo concerniente a la vida profesional y personal del padre de mis hijos», insiste al tiempo que se lamenta de que «hay mucho buitre suelto, y lo digo por las informaciones que están saliendo sobre mí».

Pese a la ruptura, la pasada Navidad, Patricia sigue ocupando el domicilio conyugal en la lujosa urbanización La Finca, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Allí permanece junto a sus dos hijos. Ahora reconoce que debe sacar fuerzas de flaqueza para encarar una situación muy complicada. «Tengo que reorganizar mi vida y, sobre todo, proteger a mis hijos . Para ellos la situación creada en torno a su padre está resultando especialmente dura», explica. «Estoy perdida, he tocando fondo, pero solo hay un camino: seguir adelante, por mis hijos».

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