ICONO DEL CINE
«El exorcista» ya tiene un lugar para veneralo
Washington inmortaliza las escalinatas por las que se arroja el padre Karras en el final de la célebre película de terror
![Las célebres y siniestras escaleras por las que se arrojó el padre Karras](https://s3.abcstatics.com/media/estilo/2015/11/05/contra_escaleras01--620x349.jpg)
Las angostas escaleras por las que se lanzó el desesperado padre Damien Karras en el final de «El exorcista» se han convertido en un rincón turístico más de la capital de Estados Unidos. En el bello entorno de Georgetown, en una de las calles cercanas a su mítica universidad, espacios todos ellos en donde fueron rodadas la mayoría de las secuencias de la película, la alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser , ha querido rendir su particular homenaje de recuerdo con la inauguración de una placa .
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En un país con abundantes espacios inmortalizados gracias a su inagotable filmografía, la película en la que Linda Blair nos sobresaltaba con sus espasmos y contorneos podrá ser recordada cada vez que el visitante se asome a los 75 escalones que recorrió el atribulado sacerdote antes de morir . Y después de culminar con éxito su labor exorcizadora de desalojar al demonio del cuerpo de la pequeña Regal MacNeal.
![Jason Miller (el padre Karras) junto a Max Von Sydow](https://s1.abcstatics.com/media/estilo/2015/11/05/contra-karras02--510x286.jpg)
Georgetown , en el distrito de Columbia, es uno de los parajes más emblemáticos de la capital estadounidense, donde se impone la combinación de un pequeño casco de algo más de un siglo, la nutrida presencia de estudiantes y el bullicio de turistas en torno a algunos de los comercios más selectos del Distrito de Columbia.
El lugar elegido por el equipo de la película para la trágica secuencia fue el segundo piso del número 3600 de la calle Prospect, en confluencia con la 36 , una intersección que desemboca en la célebre calle M de la capital norteamericana. Desde allí, el cura interpretado por el ya fallecido Jason Miller se lanza por la ventana hasta dar con sus huesos en la escalinata de piedra, que recorre hasta su muerte cinematográfica. Habrá tiempo para administrarle los santos sacramentos.
Se puede discutir si la película dirigida por William Friedkin es «icónica», como la calificó la regidora washingtoniana, pero no que es uno de los largometrajes más recordados de toda una generación y que creó un estilo desde su estreno en 1973 . A ello contribuyó que el filme escrito por Peter Blatty incorporase escenas inolvidables como el repetido giro de 360 grados de la cabeza de la niña, sus imprecaciones y obscenidades de poseída y la asquerosa papilla verde que expulsa por la boca. Un cúmulo de fieros ataques que el sacerdote soporta con estoicismo .
Durante el acto de reencuentro, el también autor del libro recordó que el argumento se inspiró en un hecho real sucecido en San Luis , en el estado de Misouri, del que dio cuenta en 1949 el Washington Post. A la persona sometida al exorcismo se le llamó con el nombre imaginario de Roland Roe para proteger su identidad.