La enfermera española que conquistó a Silvio Berlusconi con sus cuidados
Se llama María Cristina, tiene 36 años y es del Atlético de Madrid. El ex primer ministro le ha ofrecido trabajo en Telecinco España
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María Cristina Caballo Garrido , madrileña de 36 años, es la enfermera que cuidó a Silvio Berlusconi tras su operación a corazón abierto para cambiarle la válvula aórtica en el hospital San Rafael de Milán. Cuando abrió los ojos por primera vez tras la intervención quirúrgica de cuatro horas , el ex primer ministro se encontró en la sala de cuidados intensivos a María Cristina, morena, soltera y gran hincha del Atlético de Madrid.
Pese a estar convaleciente, Berlusconi sacó su espíritu de don Juan incorregible. Il Cavaliere debió pensar que la española tenía un perfil idóneo para Telecinco y le ofreció un puesto en la televisión española, de la que es propietario . La anécdota la reveló el doctor Alberto Zangrillo, médico personal del líder de Forza Italia: «Treinta segundos después de haberlo liberado del vínculo de la asistencia respiratoria, se manifestó inmediatamente el Silvio Berlusconi de siempre, listo ya a hacerme una broma. También hizo un cumplido por la asistencia recibida durante la noche por parte de una de mis enfermeras de cuidados intensivos, Cristina, a la cual ha dado una posibilidad de trabajo en Telecinco», explicó el médico.
Aparte su donjuanismo, la anécdota refleja la generosidad que siempre ha caracterizado a Berlusconi, dispuesto a hacer favores, pequeños o grandes, a quien le está próximo o le ofrece alguna ayuda. El doctor Zangrillo explicó que Berlusconi ha vuelto a ser «el mismo de siempre» . De esta enfermera castellana le ha llamado la atención la particular profesionalidad en la asistencia nocturna y la delicadeza que ha puesto en las operaciones para despertarlo. La gratitud del Cavaliere se ha transformado en la oferta de un puesto de trabajo y ella, timidísima, ha respondido solamente con un «gracias».
Cuenta el periódico «Il Messaggero» que María Cristina es una enfermera « muy reservada, sin actividad en redes sociales o selfies en la web con uniforme de enfermera ». Desde hace al menos ocho años trabaja en el San Rafael. La pasión de María Cristina que conocen todos en el hospital es la de ser hincha del Atlético de Madrid. El doctor Zangrillo la mandó incluso a hacer su turno de servicio al estadio de San Siro en la final de la Champions League, que los colchoneros perdieron frente al Real Madrid.
No ha sentado demasiado bien a los «coroneles» de Forza Italia la anécdota que ha revelado el doctor Zangrillo, quien al contar esa pequeña intimidad seguramente buscó una cierta complicidad con el espíritu de solidaridad que se ha registrado en el país hacia un protagonista de la política italiana, enfermo y que pudo morir. En Forza Italia, un partido en fuerte crisis, se piensa que en este momento lo que menos les conviene es que vuelva a gala la famosa debilidad de Silvio Berlusconi por las mujeres, con habladurías que podrían irritar ulteriormente a la familia y al líder. Pero al doctor Zangrillo no le preocupa tal descontento en Forza Italia, según aclara al «Messaggero»: Hablar de Cristina es como hablar de Giuseppe y Valero, dos jóvenes que « hacen un trabajo que te arruina la vida ». Todos pasan a saludarlo y el ex primer ministro responde con sonrisas y un «buongiorno», afirma el doctor Zangrillo.
La verdad es que sorprende la actitud que muestra una buena parte de italianos hacia Berlusconi en estos días . De haberlo considerado, durante más de 20 años, un corrupto y un sátrapa, se ha pasado a desear que su corazón siga latiendo, e incluso sus adversarios más acérrimos le muestran solidaridad: «¡Ánimo, Silvio!», le dicen. Se sabe que él sigue emocionándose con esas muestras de afecto a las que podrá contestar, tras abandonar este jueves la sala de cuidados intensivos y pasar a la suite en la sexta planta del hospital San Rafael. La habitación tiene 300 metros, nueve habitaciones, sala de reuniones, tres baños, además de servicios especiales: peluquero, esteticista y masajistas profesionales. Una recuperación de lujo.
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