Carlos Vives: «Es humillante que me acusen de plagio»

«La bicicleta» devuelve al veterano cantante de Colombia a lo más alto de las listas musicales

El artista, junto a la bicicleta que le ha proporcionado tantos éxitos ABC
Gema Conty

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Cuando hace más de dos décadas que el cantante Carlos Vives Restrepo (Santa Marta, Colombia, 1961) puso al género vallenato en lo más alto de las listas de éxitos, casi ni sabía montar en bicicleta. Su impecable álbum «Clásicos de la provincia» le lanzó al estrellato más allá de su país natal y a este le siguieron otros muchos éxitos que le consagraron como artista. Pero las modas cambian y la irrupción de nuevos estilos musicales supusieron un duro revés para el cantante, que tuvo que ver cómo las discográficas le dejaban de lado por negarse a regirse por lo comercial del momento. «Mi sello musical se llama Gaira Música Local desde el principio, sin tener intenciones de hacer otra cosa. Mi norte está en el camino que escogimos y trabajar con nuestras raíces », dice a ABC sin ningún tipo de remordimiento por tomar aquella difícil decisión. «No me arrepiento de nada», insiste.

Su undécimo disco, «El rock de mi pueblo», fue el último antes de comenzar ese periodo oscuro que supuso 2004 en su vida, año en el que ya se encontraba inmerso en una batalla judicial por el divorcio con su segunda esposa, la puertorriqueña Herlinda Gómez , madre de dos de sus hijos, Lucy y Carlos Enrique. La que fue su mujer durante 14 años consiguió demostrar, gracias a un detective privado, las infidelidades del cantante y sacarle una jugosa suma de dinero. Poco después, Vives encontró de nuevo el amor en los brazos de la guapísima Miss Colombia 1996, Claudia Elena Vásquez, su actual esposa, quien le dio dos hijos más, Elena y Pedro, y la fuerza suficiente para seguir luchando por su música.

«Los mejores años»

Ha tenido que pasar casi una década para que el artista vea su esfuerzo recompensado. Gracias al pedaleo constante que ha hecho con la canción de «La bicicleta», que interpreta junto a Shakira , perteneciente al álbum «Vives», ha regresado a lo más alto de las listas musicales. Curiosamente, este exitazo se dio a conocer muchos meses antes que el álbum que lo recoge.

«Estos son los mejores años», bromea el samario, a la vez que asegura que al final uno encuentra su lugar. «He querido hallar mi punto comercial a partir de mi folclore, de mis raíces. Por supuesto ha habido momentos en los que no sabía qué hacer. Me quedé nueve años sin grabar y ahora volvemos a tener esa oportunidad nuevamente. A día de hoy escucho ‘‘Vives’’ y siento que vamos encaminados », asegura ilusionado.

«La bicicleta» es un tema que le ha devuelto la reputación -que ya se había ganado-, pero que también le ha valido una demanda de plagio que todavía no se explica: «Me pregunto cómo es posible, aunque ese asunto hay que dejárselo a la Justicia. Yo que me he considerado un creativo toda mi vida y es humillante, por decir algo y tener que tratar con esto». Solo espera que pronto se solucione la situación y que Shakira se recupere de su problema con las cuerdas vocales , por el que pronto podría pasar por el quirófano. «Hablamos hace unos días, todo va a estar bien. Está feliz con su vida y pronto estaremos cantando juntos. Estoy seguro de que en algún momento me va a invitar a alguno de sus conciertos de la gira», cuenta, deseando que el reencuentro con Shakira sea en Barcelona, debido a sus raíces catalanas: «Los Vives proceden de Sitges, llegaron a Cartagena hace ya muchos años y de ahí se pasaron a Santa Marta».

Raíces políticas

Si hubo una familia que tuvo verdadero poder político en Santa Marta, capital del departamento de Magdalena, ha sido la del artista. Durante más de medio siglo, los miembros del clan Vives han ocupado cargos públicos, algo que sin duda ha influido en el cantante, que no duda en hablar en sus canciones del maltrato que sufren las mujeres o la muerte por desnutrición de los niños: «Los artistas estamos para contar historias. Yo he trabajado con fundaciones en mi comunidad y estoy muy cerca de estas realidades. No tocarlas en mis letras sería raro». Y añade: «En el caso del tema de las mujeres, soy de una escuela romántica , procedo del Caribe, eso ya lo dice todo. Hemos sido educados bajo los preceptos del bolero y forma parte de mi solidez artística. Las mujeres son sagradas y hay que valorarlas, algo que reflejo en este álbum. Quizá sea mi manera de tomar partido». Pese a que es de la vieja escuela -como le gusta definirse- y que cree que los músicos tienen que dar ejemplo, se resiste a juzgar a artistas como Maluma, muy criticados por sus letras explícitas.

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