El estilo «déshabillé» de Dior, Balenciaga y Chloé

Tres grandes firmas recurren a la lencería clásica como base de sus propuestas

El estilo «déshabillé» de Dior, Balenciaga y Chloé efe

maría luisa funes

La Semana de la Moda de París es, junto con Milán, la más seria y creativa de las pasarelas mundiales. Los grandes de la moda de los cinco continentes presentan colecciones en la ciudad del Sena, un escenario privilegiado donde el show está garantizado. Estos días, hemos visto como varias marcas, Dior, Balenciaga, Rick Owens y Chloé, coincidían al proponer un estilo «déshabillé» , inspirado en la lencería clásica. Esta curiosa coincidencia se podría haber dado por haber seguido todas las marcas las mismas instrucciones de algún «bureau de style».

Dior, con Raf Simons a bordo, desveló una colección inspirada en el puritanismo victoriano. El desfile, que tuvo lugar en el patio Carré del Louvre, estaba literalmente tapizado con 400.000 «delphiniums» azules, unas flores que probablemente se hayan elegido en honor a Delphine Arnault, la hija del presidente de LVMH y ejecutiva del grupo de moda. Ella estuvo durante años a bordo de Dior, el proyecto más querido por Bernard Arnault, ya que supuso sus comienzos en el mundo de la moda. En el desfile de Dior, l os conjuntos que las modelos presentaron eran tops y shorts en un inmaculado algodón blanco, más típicos de ropa interior infantil que de otra cosa . Simons se atrevió a acompañar semejante delicadeza con estrictas blazers negras, chaquetas que replicaban el corte «Bar», saharianas y parkas a rayas verticales. Se trataba de atuendos de inocente sensualidad, que jugaron casi exclusivamente con el negro y el blanco.

El desfile de Balenciaga fue el último que se había «cocido» en la mente del inquieto Alexander Wang antes de dejar la marca para dedicarse a su propio proyecto personal. Wang salió a despedirse y abusó de selfies, saludos y gestos. Se trataba de una colección únicamente declinada en blanco roto, donde las prendas retomaban de nuevo la inspiración en la lencería clásica. Pero en este caso, aportaban un toque retro de corte «médico» y lánguido: parecían pertenecer a la ortopedia de algún hospital perdido en las montañas suizas en los años 30. Prendas ajustadas con tiras, lazos y frunces, que semblaban tener una función técnica, se combinaban con pantalones, monos y transparencias. La prenda más observada, una casaca blanca recta de corte monacal con mangas anchas acompañada de shorts de pijama masculino.

Rick Owens escandalizó la jornada del jueves con sus modelos vestidas en cortas túnicas y estrafalarias imitaciones de lencería romana: se paseaban por la pasarela encaramadas unas en otras, cabeza arriba, cabeza abajo y con un elenco de posturas dignas del Circo del Sol. Owens también mezcló negligés de seda blanca con abrigos negros de corte estricto y botas altas de cuero negro de inspiración militar. Chloé, también el jueves, había recurrido a las prendas lenceras, como las demás marcas. En cambio, su inspiración era más ibicenca y hippy, con un toque más sensual en las «combinaciones» de encajes en negro y rosa. Está claro que la primavera que viene –de un modo u otro- se impondrá en las calles la naturalidad de las prendas de estar en casa.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación