Isabel Pantoja, más gorda y más seria en su segundo permiso

La tonadillera ha salido del brazo de su hermano Agustín, triste y sin saludar a sus fans

Isabel Pantoja, más gorda y más seria en su segundo permiso gtres

beatriz cortázar

Mismo escenario. Mismo motivo. Y muchísimas diferencias. La salida de la cárcel de Isabel Pantoja para disfrutar de los seis días de permiso que le han concedido apenas tiene que ver con la que protagonizó hace ya mes y medio, cuando abandonó la prisión en la que fue su primera salida tras seis meses encerrada cumpliendo condena por delito de blanqueo de capital .

En aquella ocasión la cantante sorprendió a propios y extraños al aparecer radiante ante las cámaras , con enorme sonrisa, maquillaje de escenario y del brazo de un funcionario de la prisión. Como hace cuando está en sus conciertos, ese día Isabel no se protegió con sus gafas de sol panorámicas ni evitó sonreír a sus fans. Salía radiante y muy tiesa, pasando del brazo del funcionario al brazo de su hermano Agustín Pantoja como si fuera la novia que el padrino entrega a su pareja.

De aquellas imágenes vinieron muchas polémicas, entre otras la carta de más de 50 funcionarios de esa cárcel protestando por lo que denunciaban era un trato de favor por parte de la directora a la tonadillera . Hubo investigación ordenada por el Ministerio de Interior y el resultado fue que esas acusaciones eran infundadas. Desde entonces las cosas han ido a peor para Isabel. La tensión por ese revuelo le pasó factura en su salud y de ahí que tuviera que estar algunos días en la enfermería de la cárcel , aquejada de sus problemas de azúcar y potasio. Tampoco consiguió la calificación del tercer grado por parte de la Junta de Tratamiento y fue precisamente el voto de la directora el que impidió un informe favorable, a pesar de que ya ha cumplido más de la mitad de su condena a dos años de prisión , requisito indispensable para solicitar el regimen se semilibertad.

Cumpleaños difícil

Si pensaba que este domingo iba a celebrar sus 59 años con la pulsera telemática y sin tener que volver a su celda, se equivocaba. Esta misma semana su nuevo abogado ha recurrido esa decisión pero eso no ha mejorado el ánimo de una Isabel que ha salido seria, sin sonrisas ni besos al aire y con sus gafas de sol para protegerse de los focos.

Sólo el bolso-bandolera blanco, que es un regalo de las presas , y el blusón amarillo transparente , que también es resultado de las labores de los talleres, recuerdan a su primera salida. En aquella ocasión iba de rojo. Esta vez de amarillo, al margen de supersticiones.

Otra de las diferencias más palpables es que a Isabel la cárcel algo le está mejorando, puesto que se nota que ha ganado unos kilos . Orgullosa de sus piernas, que ya no están tan flacas como hace unos meses, Isabel ha optado por lucir pantalones cortos y cuñas altas , ropa que hacía mucho no se atrevía a llevar precisamente por lo delgadísima que estaba.

Una vez más, recogió su larga melena en una coleta . No hubo besos al aire para sus seguidores y tampoco saludó a los reporteros que estaban esperándola en la puerta, a los que ninguneó de forma palpable . Con Agustín, que llevaba su bolsa de ropa, la tonadillera abandonó la cárcel en el mismo coche rojo y blanco que conduce su hermano y con el que regresará el próximo miércoles para seguir cumpliendo condena. Encerrada ahora a cal y canto en su finca de Cantora , ayer tuvo a su hija Chabelita y su nieto Alberto a su lado, en un encuentro al margen de micrófonos pero que dará mucho que hablar en los programas del corazón.

Isabel Pantoja, más gorda y más seria en su segundo permiso

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