Don Juan Carlos aterriza en Saint-Tropez
El Rey emérito almorzó en el chiringuito fetiche de la jet set. Por su parte, Doña Sofía acudió a un cumpleaños en Belgrado

El Rey emérito continúa su ruta gastronómica por el mundo . Hace pocas semanas viajó hasta Guipúzcoa para almorzar en Mugaritz (dos estrellas Michelin, sexto puesto en la prestigiosa lista de la revista «Restaurant») en compañía de varios amigos. Este fin de semana, Don Juan Carlos volvió a salir de Palacio para compartir una comida entre amigos, aunque esta vez lo hizo en un sitio más soleado y caluroso que Errentería. El antiguo Monarca fue «cazado» por los paparazis saliendo de Le Club 55 , uno de los chiringuitos más elegantes y concurridos de Saint-Tropez (Francia).
Sin duda, el padre de Felipe VI habrá podido disfrutar de cierto anonimato en el interior de Le Club 55, un auténtico remanso de paz y privacidad para las numerosas personalidades que lo visitan en los meses de julio y agosto. La supermodelo Kate Moss, el cantante Marc Anthony y los actores Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones son solo algunos de los célebres clientes incondicionales de este chiringuito ubicado en las playas de Pampelonne, una zona de la Costa Azul donde la arena y el mar son propiedad casi privada de unos pocos hosteleros.
Y es que Le Club 55 nació para ser refugio de los ricos y poderosos. En 1955 el director de cine francés Roger Vadim eligió su entorno para rodar el filme «Y dios creó a la mujer», protagonizado por su entonces esposa, una joven y sensual Brigitte Bardot. Desde entonces, la jet set internacional peregrina cada año hasta las playas de Pampelonne para disfrutar de la intimidad de Le Club 55, definido por el diario «The Telegraph» como «uno de los rincones más clásicos y más discretos de la Riviera Francesa, con la clientela más selecta del mundo, una combinación de líderes mundiales y empresarios de Rusia y de Oriente Medio».
Dicen los expertos que hay que acudir muy pronto a este chiringuito deluxe si se quiere disfrutar de sus especialidades gastronómicas, que se pueden degustar al aire libre. Un vino rosado es la mejor forma de comenzar el almuerzo en plein air, que casi siempre concluye con una copa de champán. Los platos fuertes del local son las ensaladas, los pescados asados, el marisco y una exquisita tarta tropézienne a base de fresas.
Y mientras Don Juan Carlos disfrutaba de estas delicias de la cocina francesa, la Reina emérita hacía un paréntesis en sus vacaciones estivales en Marivent , donde se instaló a finales de junio, para trasladarse a Belgrado en compañía de su hermana la Princesa Irene de Grecia. Doña Sofía asistió este fin de semana a los fastos organizados por su primo, el Príncipe Alejandro de Yugoslavia, hijo del depuesto Rey Pedro II, con motivo de su 70 cumpleaños. Los festejos, celebrados en el Palacio Blanco, han sido un auténtico cónclave de testas coronadas , ya que además de la Reina emérita, han asistido los Reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, el Príncipe Alberto de Mónaco, los Reyes Simeón y Margarita de Bulgaria, el Príncipe Amyn Aga Khan, el Príncipe Raad Bin Zaed de Jordania, o la princesa Ira de Fürstenberg, entre otros.
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