Bill Cosby, golpe definitivo a la estrella

eva bárcena

20/07/2015
Actualizado a las 13:05h.

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Los estadounidenses asisten perplejos desde hace meses a la caída de una gran estrella televisiva de los años setenta y ochenta, Bill Cosby. Las acusaciones de que drogaba a mujeres para mantener relaciones sexuales con ellas han terminado con su buen nombre, e incluso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se refirió en rueda de prensa al escándalo del actor afirmando que «drogar a una persona y tener sexo sin su consentimiento es una violación». Pero el golpe definitivo a su reputación se lo ha dado «The New York Times» con la reproducción íntegra de la declaración que Cosby realizó hace diez años ante los tribunales. En ella, detalla cómo utilizaba medicamentos para anular a las jóvenes para luego comprar su silencio con dinero.

El protagonista de «El show de Bill Cosby» tuvo que declarar ante un juez de Pensylvania tras la demanda impuesta por Andrea Constand por abusar de ella. Según se desprende de las más de mil páginas de sumario, Cosby se declaró inocente y aseguró que su relación con Constand era la de «un mentor y su pupilo», y que solía rechazar los encuentros sexuales con mujeres «porque no lo ven como algo casual, siempre se enamoran». Sin embargo, reconoció que su relación con Constand duró varios años y que en una ocasión le había dado Benadryl «porque la noté nerviosa», antes de acostarse con ella.

En el juicio salió a la luz que, tras la «ruptura» del actor y la joven, Cosby le pidió que le contase a su madre «cómo eran tus orgasmos conmigo», intentando alejar el fantasma de la violación y la posible denuncia de la señora Constand.

Cuando su relación con Andrea Constand se rompió, Cosby se ofreció a pagarle los estudios para evitar que le contase el «affaire» a su mujer, Camille Cosby, con la que está casado desde 1964 y tiene cuatro hijos. «Mi esposa sabía que costeaba sus gastos universitarios, pero no sabía que era porque Andrea y yo habíamos mantenido relaciones sexuales», confesó.

Pero, tal y como salió a la luz con aquel juicio, Constand no ha sido la única víctima, ni la única por cuyo silencio tiró de billetera el actor.

Según declaró en el estrado, también sumistrió barbitúricos, en este caso Quaaludes, un potente sedante prohibido en la actualidad, a una mujer llamada Therese Serignese, a la que conoció en 1976 en Las Vegas. Cosby aseguró en el juicio que «no sabía si después de tomar el medicamento se podían consentir las relaciones sexuales». Para comprar el silencio de Serignese, le pagó 5.000 dólares a través de su agente.

Otra de las mujeres a la que tuvo que enfrentarse fue a Beth Ferrier, una modelo que conoció en los años 80 y con la que comenzó a flirtear en un bar prometiéndole ayuda en su carrera en la pasarela y apoyo tras la muerte de su padre por cáncer. «¿Le dijo todo esto porque quería acostarse con ella?» le preguntó Troiani, la abogada por aquel entonces de Andrea Constand. «Sí», respondió escueto Cosby. En este caso, aunque no negó haber pagado a Ferrier para que no contara su aventura, no se desveló la cifra.

Tampoco ha salido a la luz cuál fue el acuerdo firmado entre Bill Cosby y Andrea Constand para archivar el caso. El actor no llegó a ser juzgado y muchas de las supuestas víctimas que se atrevieron a ser testigos de la joven no llegaron a contar su historia. De hecho, Cosby no tiene ahora ninguna demanda por abusos, aunque tampoco hace falta. Su imagen pública ha quedado denostada, a pesar de los esfuerzos de sus abogados para evitar que estas declaraciones que confirmaban los abusos salieran a la luz. Eso sí, lo último que dijo Cosby en el estrado es que él era un caballero por lo que «la única forma de que se sepa con quien he mantenido relaciones sexuales es si lo cuenta la otra parte».

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