Carlos Huéscar advierte: «La Casa de Alba dejará de ser mediática»
«Mi deseo sería incrementar el patrimonio, pero no tendré más remedio que vender alguna cosa», dijo ayer en Oviedo
Carlos Fitz-James Stuart Martínez de Irujo (Madrid, 1948), duque de Huéscar y primogénito de Cayetana Fitz-James Stuart y heredero del ducado de Alba, pasó ayer por la ciudad de Oviedo como miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de las Artes , que ha sido otorgado al cineasta norteamericano Francis Ford Coppola. Su presencia en la capital asturiana despertó el interés de los medios locales, en un momento delicado para los Alba: las tensiones con su hermano Cayetano, que han derivado en su salida del palacio de Liria de Madrid y la gestión del inmenso patrimonio de la Casa en una época en la que, cómo él mismo ha declarado en una entrevista para el diario «El Comercio» de Gijón, «me ha tocado lo que me ha tocado, momentos difíciles en los que no sobra el dinero, y para afrontar esta etapa no tendré más remedio que vender alguna cosa».
A la espera de que ser oficialmente el nuevo duque de Alba, Carlos Huéscar ha decidido porner orden en la Fundación y gestionar el patrimonio a su manera. Una de las medidas que tomó fue revocar el poder que tenía su hermano Cayetano para apartarle de las tareas de gestión. Tal y como explica en «El Comercio», «en este momento, mi principal cometido en la fundación es mantener el patrimonio histórico-artístico lo mejor posible y conservar las casas. Todo recae sobre mí, porque yo no percibo ayuda de nadie. Jamás la Casa ha percibido ayuda de nadie. Por eso cuando quieres vender y la gente te critica dan ganas de decirles "pongan ustedes dinero, que esto hay que mantenerlo"».
La medida más inmediata que ha tomado es abrir la Casa de las Dueñas , en Sevilla, al público, lo que será una gran ayuda para el mantenimiento del palacio. También anuncia que «a principios de septiembre iré a Dallas, al Meadows Museum , a inaugurar una exposición. Y, claro, mi deseo sería incrementar el patrimonio histórico-cultural, poder comprar cuadros».
Ley de mecenazgo
El duque de Huéscar se lamenta de lo difícil que resulta en España mantener un patrimonio como el de los Alba, cosa que no sucedería en otros países, y propone una legislación al respecto: «Yo creo que sería muy interesante que la ley de mecenazgo saliera, que hubiera un sistema de desgravación importante, que se estimularan más las posibles compras de obras. Y no esta mentalidad española de penar todo. Parece que todo lo haces para evadir impuestos, porque quieres ingresos... Y no es así».
Visiblemente molesto con el interés mediático que despierta su familia, Carlos Huéscar se desmarca del carismático carácter de su difunta madre y no lo oculta: «Yo no pretendo ser un personaje carismático, pretendo hacer las cosas lo mejor posible y nada más. Ser mediático no me interesa nada, no va con mi carácter». Esa declaración de intenciones la extiende a la misión que ahora comanda -«la Casa de Alba dejará de ser mediática», asegura tajante- y, sobre la prensa del corazón, sentencia: «No me interesa nada. Ni pertenezco a ese mundo ni creo que deba pertenecer a él. Me parece ridículo y no es mi papel ni represento nada para salir en esa prensa».
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