Sean Penn se marcha a Haití tras su polémica broma en los Oscar
Tras enfurecer a muchos mexicanos con su alusión a Iñárritu, viajó con Bill Clinton al país caribeño, donde tiene una fundación
«¿Quién le dio la tarjeta de residencia a este hijo de puta?» Fue la frase de la discordia y, probablemente, la que más se recordará en la última gala de los Oscar. La dijo Sean Penn al anunciar desde el escenario del Dolby Theater de Los Ángeles que «Birdman», del mexicano Alejandro González Iñárritu , se había llevado el premio a la Mejor Película . La ironía, nada fina, no ha sentado bien en México: situaba en el epicentro de Hollywood el debate sobre la Ley de Inmigración y la tarjeta de residencia, más conocida como «green card». Muchos han visto en el comentario connotaciones racistas y así lo manifestaron en las redes sociales. El popular presentador mexicano Mario López escribió en Twitter : «Magnífico trabajo de Sean Penn. Arruinar un momento perfecto con un chiste sobre la tarjeta verde».
El propio Iñárritu, el aludido, ha sido de los pocos que ha defendido el cáustico humor de Penn. En declaraciones a los medios, y tal como se recogía ayer en ABC , el cineasta dijo que «me hizo mucha gracia. Con Sean Penn tengo una verdadera amistad y nos gastamos bromas. Cuando lo dirigí en "21 gramos" siempre hacía bromas así. Y yo también le gasto bromas muy pesadas. Tenemos una relación de viejos amigos. No lo encontré para nada ofensivo, me pareció muy gracioso».
Horas después de la gala, Sean Penn ponía tierra de por medio y aparecía en Haití junto a Bill Clinton, enviado especial de la ONU para ese país, donde el actor más combativo de Hollywood tiene una fundación que proporciona ayuda a los damnificados del terremoto de 2010. Penn y el expresidente norteamericano comprobaron sobre el terreno cómo se están llevando a cabo las tareas de recuperación de algunas de las zonas más afectadas por un seismo que provocó la muerte de más de 200.000 personas. Cabe señalar que, cinco años después de la catástrofe, aún hay 80.000 personas que siguen viviendo en campamentos improvisados y una gran parte de los niños afectados tienen un acceso muy limitado a la educación.
Justiciero implacable
El ganador de dos Oscar por «Mystic River» (2003) y «Milk» (2008) tiene un largo historial de declaraciones polémicas. En 2012, y tras une encuentro con la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, dijo sobre la soberanía británica de las islas Malvinas: «El mundo no puede tolerar enfoques ridículamente arcaicos que apunten a que continúe el colonialismo, así que el compromiso tiene que seguir siendo mantener las conversaciones para lograr una salida». Poco después, matizó sus palabras en un artículo publicado en «The Guardian» .
Un día antes de que estallara la guerra de Irak, en marzo de 2003, pagó 42.000 euros por un anuncio contra George W. Bush en «The Washington Post». Ha visitado Irán invitado por el régimen, es amigo personal de Fidel Castro (al parecer, le mostró al dictador cubano su deseo de criar a sus hijos como «socialistas revolucionarios») y en reiteradas ocasiones ha manifestado su apoyo al régimen bolivariano de Venezuela (primero a Hugo Chávez y, ahora, a Nicolás Maduro). Con una fortuna superior a 110 millones de euros, Penn se presenta como un «espíritu justiciero». Así le definía su hermano pequeño y también actor , Chris Penn, fallecido en 2011. Para otros, más que justiciero, Sean Penn es un bocazas de tomo y lomo.