Dos divos del rock, a la greña en sus palacetes de Londres

Jimmy Page denuncia a Robbie Williams, su vecino por las molestias de las obras de su casa

Dos divos del rock, a la greña en sus palacetes de Londres abc

LUIS VENTOSO

Si Holland Park no es el parque más bonito de Londres, al menos debe de ser el segundo. Constituye un deleite y casi una sorpresa. Caminando solo cuatro minutos se deja atrás el ajetreo de la elegante calle comercial de Kensington High Street y se entra en otro planeta: composiciones florales que estallan a todo color en primavera, un bosque umbrío en el corazón de la metrópoli, y hasta un pequeño jardín japonés con cascada zen incluida. Alrededor del parque, lo esperable: casoplones. Villas y mansiones prohibitivas, donde moran banqueros, plutócratas de siempre y muchos artistas.

Híper lujo

Paseando por sus calles, silenciosas y vacías, se tiene la sensación de estar en un pueblo de híper lujo, tan perfecto que a veces recuerda a un pastiche Disney. Allí tienen dacha Elton John y gente del cine . Paseando por el parque en otoño, quien suscribe se topó de frente con un escuchimizado Ron Wood, el guitarrista de los Stones, también con casa en la zona, que avanzaba doblado, con novia juvenil a babor y suegros a estribor, tras un almuerzo en la terraza del jardín. Entre los últimos en llegar al barrio figuran los Beckham, siempre prestos a subirse al carro de la ostentación, con una casa blanca que les ha costado 52 millones de euros, el nuevo Beckingham Palace.

Menos feliz está resultando el desembarco del cantante Robbie Williams, de 40 años –antiguo líder de Take That–, y su mujer, Ayda Field, de 35. El año pasado se compraron por 23 millones de euros una mansión victoriana de 46 habitaciones en Holland Park, cuyo último dueño había sido el fallecido director de cine Michael Winner. Padres de dos hijos, decidieron reformar la vivienda «para lograr el estándar de una familia contemporánea». Sus planes incluyen un ascensor, retocar el tejado, construirle a Robbie un estudio de grabación para que trastee un poco, remozar el jardín, activar la piscina interior y abrir una nueva ventana en la fachada. Pero su vecino, el dueño del palacete anexo, de 71 años, se ha indignado ante esos proyectos y ha elevado una contundente queja formal a las autoridades municipales de Kensington y Chelsea. La miga de la historia es que el vecino se llama Jimmy Page, el idolatrado guitarrista de Led Zeppelin, un tipo enigmático, con un conocido interés por el ocultismo, que lo llevó a abrir en su día una librería en la zona de manuales esotéricos.

Page compró Tower House, con su torreón y su aire neogótico, en 1972, cuando su novia de 25 años era todavía un proyecto lejano de ser humano. Se trata de un edificio del XIX, obra del prestigioso arquitecto victoriano William Burges. Goza de Grado 1 de protección y fue objeto en su día de una campaña para salvarla a cargo de los literatos Evelyn Waugh y John Betjeman. «He sido responsable de la protección de Tower House durante 40 años y estoy muy preocupado por los planes de nuestros vecinos, que irán en detrimento de la conservación de este importante legado histórico», escribe Page a las autoridades.

El compositor de «Stairway to heaven» advierte que, al abrir una nueva ventana, Williams le privará de intimidad en su jardín y que sus obras pueden dañar la estructura de Tower House. Page recuerda que la casa de Williams está catalogada con protección de Grado 2, por lo que considera que su fachada es «sacrosanta».

Las autoridades deberán decidir a fin de mes si le dan la razón a Take That o a Led Zeppelin. Ayer las dos mansiones parecían cerradas a cal y canto, sin atisbo de vida.

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