Huellas mafiosas tras el brutal suicidio de un magnate en Londres

El magnate inmobiliario Scot Young , de 52 años, falleció el lunes por las terribles heridas que sufrió al caer sobre una verja de hierro desde la ventana de su piso de Marylebone, en el centro de Londres. Vivía allí con su novia, una joven modelo estadounidense. Aparentemente se trataba de un suicidio. Young había protagonizado una de las causas de divorcio más sonadas y amargas del Reino Unido, que se prolongó siete años y acabó con una condena que le obligó a indemnizar a su ex mujer con 25 millones de euros, a pesar de que durante la vista pretextó que había quebrado y no tenía «ni un penique» . Young cayó desde una altura de 20 metros sobre una verja con barrotes en forma de lanza, en la que quedó empalado. El cadáver hubo de ser retirado por los bomberos y algunos declararon que no habían visto nada «tan horrible» en su carrera.

Aunque Scotland Yard afirma que la muerte «no está siendo tratada como sospechosa» y ha dejado el caso al juez, ayer el asunto dio un giro sorprendente. De forma anónima, un allegado del fallecido ha declarado a «The Daily Telegraph» que Scot fue asesinado , probablemente por la mafia rusa o turca. La fuente recordó además que cuatro de sus amigos más íntimos murieron también en circunstancias extrañas. Todos ellos eran millonarios que atravesaban problemas económicos antes de morir y solían reunirse en el exclusivo restaurante Cipriani de Mayfair. Hace dos años, en una fiesta en el hotel Dochester de Londres, Scot fue suspendido sobre el vacío desde un ventanal por sicarios rusos. «Debía montones de dinero a la gente equivocada» , resume el anónimo. Desde la amenaza del Dochester, su conducta era errática y bebía compulsivamente.

La relación de amigos «suicidas» es notoria. El mes pasado murió Johnny Elichoff , anticuario de éxito, antiguo batería de rock cierta fama con los grupos Tears for Fears y Fairground Attraction, marido además de una presentadora de televisión. Tenía 55 años, sufría reveses económicos y cayó desde el tejado del centro comercial Whiteleys, al norte del parque de Kensington. En marzo de 2013 la víctima del grupo fue el oligarca ruso Boris Berezovsky , que se había hecho multimillonario bajo el paraguas de Yeltsin y cayó en desgracia con Putin. Apareció muerto con 67 años en la bañera de su mansión de Berkshire, con una ligadura al cuello. La policía aparcó el caso al no detectar señales de violencia.

Hace dos años, el magnate inmobiliario Robert Curtis , de 47 años, antigua pareja de la modelo Caprice y ejemplo de triunfador ostentoso, fue arrollado por un vagón del metro al noroeste de Londres. Curtis vivía agobiado desde la muerte en 2010 de otro miembro del clan de Scot, Paul Castle , de 54 años. De orígenes humildes, como el propio Scot, Castle fue un emprendedor inmobiliario de mucho éxito, que intentaba frecuentar los círculos de poder y tenía gala haber jugado al polo con el Príncipe Carlos. Se suicidó arrojándose al metro en la concurridísima estación de Bond Street, en plena milla de oro comercial.

Young era un escocés salido de un barrio obrero y deprimido de Dundee. El padre de su exesposa le dio su primera oportunidad en el negocio inmobiliario, pero se cree que triunfó con ayuda rusa . El negoció con en el que se hundió fue una promoción llamada «Proyecto Moscú», en la que también participaba Berezovsky.

En sus buenos tiempos, a Young se le calculaba una fortuna de más de 600 millones de euros. Poseía un jet privado, yate de cuatro millones y una mansión en Florida y otra en Oxfordshire. Un nuevo rico con gusto por exhibir su poderío. En 1995 se casó con Michelle Young, hoy de 49 años. Se separaron tras once años de matrimonio, en el que tuvieron dos hijas . Scot había rehecho su vida con una modelo estadounidense de 30 años, Noelle Reno , también actriz y presentadora en el programa televisivo «Ladies of London», una belleza con apariencia de prototipo Barbie. Juntos protagonizaron un documental sobre la vida VIP londinense. Se habían mudado hace unos meses al dúplex de Marylebone, en un edificio donde tiene un piso Ringo Starr , el batería de The Beatles. La vivienda de Scot había valido más de tres millones de euros. Los alquileres en la zona superan los diez mil al mes. Los vecinos más cotillas apuntan a que la pareja se había distanciado y hablan de una fuerte discusión