Victoria Vannucci, la explosiva argentina que conquistó a Antonio Banderas

Antonio Banderas está soltero y sin compromiso. Pese a que la prensa internacional insiste en afirmar que ya ha rehecho su vida con la asesora de inversión holandesa Nicole Kimpel, el propio actor aclara que solo están «en un proceso de conocimiento». «Estoy bien, contento, pero todavía estamos en los inicios, en el comienzo de una relación», dijo la semana pasada durante su visita a Buenos Aires. En su estadía en la capital argentina el exmarido de Melanie Griffith intentó desplegar sus encantos de galán... sin mucho éxito.

La prensa argentina afirma que Banderas, de 54 años, quedó encandilado con la sensual modelo Victoria Vannucci, de 31. El actor coincidió con la joven durante la gala benéfica del Hospital Garrahan celebrada en el Faena Art Center de Buenos Aires. Según medios como el diario «Clarín» y la revista «Pronto», el protagonista de «La piel que habito» provocó un momento incómodo en la cena al intentar seducir a Vannucci, quien estaba acompañada por su marido, Matías Garfunkel, un magnate de los medios de comunicación.

«Nosotros nos conocemos, ¿no?», le habría susurrado Banderas a Vannucci. A lo que la modelo contestó que no. Según «Clarín», él insistió: «Pero podríamos conocernos. Sos la argentina más bonita que ví, y me gustaría conocerte», le habría dicho al oído, mientras el marido de la modelo, que estaba al lado y presenció todo, miró atónito la situación y le pidió a su mujer que se retiraran de la gala. La pareja se fue para evitar un escándalo delante de la prensa.

Los medios argentinos no hablan de otra cosa que del intento de ligue de Banderas, que está en pleno proceso de divorcio de Melanie Griffith. «Mi éxito con las mujeres es relativo. Lo único seguro es la muerte. No puedo dar consejos sobre el tema de las mujeres, es muy complicado, absolutamente etéreo, intocable, invisible y yo creo que ahí lo único que uno puede hacer es dejarse llevar por la intuición», confesó el actor en su visita a Argentina. Esta vez la intuición le ha jugado una mala pasada.