Así es Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, el confesor personal de la duquesa de Alba
Es biznieto del primer marqués de Aracena y heredero de una importante ganadería. Jesuítico de formación, dejó tercero de Derecho para ingresar en el seminario
Doña Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, fue trasladada anoche a la Casa de las Dueñas, en Sevilla, para «continuar el tratamiento» de su neumonía. En la mañana de este miércoles, uno de los primeros en visitar a la aristócrata de 88 años ha sido el joven sacerdote sevillano Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp , gran amigo de la matriarca de la Casa de Alba.
Jiménez Sánchez-Dalp, de 41 años, ha sido el confesor personal de la duquesa durante los últimos años y su asesor espiritual en momentos muy delicados de su vida. El sacerdote, jesuítico de formación y admirador del Cardenal Amigo, fue fundamental durante el complicado noviazgo de Doña Cayetana con Alfonso Diez. De hecho, fue él quien ofició la boda de la noble y el funcionario en Dueñas, el 5 de octubre de 2011.
Décimo de doce hijos del médico internista sevillano Jiménez Orta, nació en la calle Jesús del Gran Poder y creció en Nervión Huerta del Rey. Es descendiente del primer marqués de Aracena y pertenece a una familia ganadera de reses bravas. Jiménez Sánchez-Dalp ya jugaba a celebrar misas con seis años. «En casa tenía montado un altar, con todo lo necesario que me facilitaba el sacristán de Portaceli y he vivido siempre con el apodo de el curita», recordó en una entrevista a ABC en 2005. En 1993, en la visita del Papa para el Congreso Eucarístico, decidió dejar tercero de Derecho para ingresar en el seminario.
Sánchez-Dalp ha compartido con la duquesa de Alba la pasión por los toros y las Hermandades. «Me gusta ir a la plaza, pero no me apasiona el campo. Algunos piensan que soy un entendido y no es verdad, aunque he casado a toreros como Dávila Miura y El Litri, y a gente del toro», reconoció el sacerdorte a ABC. Su familia es propietaria de la importante ganadería Sánchez-Dalp, que procede en parte de las reses del mítico poeta y ganadero Fernando Villalón, conde de Miraflores de los Ángeles.
El confesor de la duquesa pertenece a más de veinte Hermandades (De la Quinta Angustia, el Amor y el Valle, entre otras) y es experto conocedor de la rivalidad entre hermandades en la provincia. «Tengo dentro un relaciones públicas fallido. Puedo presumir de muchos amigos y de que en el móvil no me caben los números de teléfono», confesó a este periódico. Sin duda, Doña Cayetana ha sido una de sus amigas más fieles y queridas.
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