ENTREVISTA
Una fan de Isabel Pantoja recoge firmas para lograr su indulto
Lourdes Revelles considera que «Maribel»no merece ese castigo: «No creo que ella se haya llevado nada»
Las fans de Isabel Pantoja son, probablemente, uno de los colectivos sociales más militantes de este país . La copla como síntoma devoto hace que estas agoten todas las posibilidades para intentar salvar a la tonadillera de ir a prisión . Por ello, Lourdes Revelles ha iniciado una recogida de firmas a través de «change.org» con el fin de que indulten a la cantante. «Para mí es una injusticia lo que le están haciendo», afirma esta seguidora que quiere aclarar que «no es amiga de Isabel ni familia y tampoco presidenta del club de fans».
«Hay una sentencia que la declara culpable de blanqueo de capitales y hasta ahí lo acepto, pero el linchamiento al que la están sometiendo es injusto y no creo que tenga que ir a prisión», explica decidida. Y es que ella entiende que cuando alguien está enamorado de una persona, como Pantoja lo estuvo de Julián Muñoz, no es culpable de ese amor: «Si mi pareja me regala algo, no le voy a decir que no». Dice esto porque considera que la tonadillera tomaba aquel dinero como algo que le ofrecía el exalcalde marbellí. Y en eso establece una diferencia entre Maite Zaldívar y Pantoja: «¿Cuánto se ha llevado la una y cuánto la otra?», se cuestiona. «No creo que Isabel se haya llevado nada».
Espera recoger 500.000 firmas, aunque en el momento de publicar esta entrevista el total recogido era de 4.344. «Deseo muchas más», añade invitando a la movilización, a la participación activa en el futuro de la tonadillera. Porque Revelles sigue «en una nube»: «Aún no me creo que pueda ir a prisión». Convencida de que el linchamiento mediático de Pantoja ( a quien ella llama Maribel por cuestión de hacerlo todo más cercano ) comenzó «cuando murió Paquirri», tiene claro que si va a la cárcel sus fans le darán «mucho más apoyo». Como ya la apoyaron cuando se enteraron de la relación de la cantante con Julián Muñoz, y eso que a Revelles aquel hombre de pantalones a la altura del ombligo nunca le gustó.
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