Aïno de Bodisco, la baronesa que demandó a Óscar de la Renta por «estafa»

La aristócrata fue durante años una de las grandes mecenas del diseñador. En 1979 lo llevó a los tribunales y le reclamó dos millones de dólares

Aïno de Bodisco, la baronesa que demandó a Óscar de la Renta por «estafa» archivo abc

martín bianchi

Las palabras se las lleva el viento. Y a Óscar de la Renta casi le cuestan una fortuna. Con solo 18 años el diseñador dominicano dedicó una misiva a su mentora, la baronesa Aïno de Bodisco, prometiéndole fidelidad eterna y la mitad de todas sus ganancias por el resto de su vida. No esperaba que la aristócrata sacara a relucir esa carta veinticinco años después para reclamar lo que era suyo.

En 1951, De Bodisco recibió a un novato De la Renta con los brazos abiertos en la España franquista. Ella, hija del ex Embajador de Estonia en nuestro país, era veinte años mayor, divorciada y muy rica. Él, hijo de un vendedor de seguros de Santo Domingo, era un joven «muy guapo y muy pobre» , según contó la baronesa en una entrevista a «People» en 1979. «Ni siquiera tenía un abrigo. Lo saqué de una pensión miserable y le alquilé un piso».

Dos décadas después de ese primer encuentro, la baronesa presentó una demanda contra su protegido acusándolo de «daños, estafa e incumplimiento de contrato». «Óscar no se hizo a sí mismo. Es mi creación», dijo la «socialite» a «People». Ella fue quien lo introdujo en el «beau monde» para convertirlo en un gran diseñador. A cambio, él le ofreció un contrato en el que cedía la mitad de los beneficios presentes y futuros de su empresa.

La mecenas solo recibió un par de trajes, un ramo de flores y un cheque por 2.500 dólares. Contrató a Roy Cohn, abogado del gánster Carmine Galante , y denunció a su «delfín». Llegó a exigirle dos millones de dólares, la mitad de la fortuna del modista en aquella época. Durante el proceso, que duró tres años, De la Renta reconoció haber firmado ese «contrato», que no era otra cosa que una carta manuscrita. La precariedad del acuerdo le salvó la vida. El juez federal William C. Conner desestimó el caso en 1981, considerando que el documento no tenía validez y que había prescripto.

«Como una patata caliente»

En la entrevista a «People», De Bodisco recordó que fue ella quien convenció a De la Renta para que abandonara la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y se volcara en la moda. «Me di cuenta de que estaba hecho para diseñar trajes. Quería que se convirtiera en el diseñador más famoso del mundo». Lo persuadió para que le hiciera unos vestidos a ella y a sus amigas y le consiguió a sus primeras clientas , entre las que se encontraban Beatriz Cabot Lodge.

La amistad comenzó a enfriarse en 1963, cuando el modista dejó la «maison» Lanvin de París y se mudó a Nueva York para trabajar para Elizabeth Arden. «Me soltó como una patata caliente. Fue como ''ya no te necesito más''», se lamentó la noble despechada. En los años 70 comenzó a acosar al dominicano con cartas y amenazas de denuncias.

Ya al final de su vida, la baronesa confesó: «Me siento utilizada, abusada y desechada». «Antes solía vestirme con trajes de Óscar de la Renta. Ahora compro mi ropa en Bloomingdale's». De la Renta perdió a una clienta, pero se libró de perder una fortuna.

Aïno de Bodisco, la baronesa que demandó a Óscar de la Renta por «estafa»

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