Alberto Isla vuelve al reino «nini» tras su paso fugaz por el Bingo Las Vegas
El joven desafía a la tasa de paro juvenil y abandona su trabajo a pesar de tener dos hijos a los que mantener
Se acabó. Ajustar a Alberto Isla a un horario, aunque este no le exigiera madrugar, era un sueño del que España ha tenido que despertarse. El joven ha dejado su trabajo en el madrileño Bingo Las Vegas y lo ha hecho por «Whatsapp». «Te están esperando todavía para que entregues el uniforme de trabajo», le decía Kiko Hernández mirando a cámara, después de decir que había que tener «muy poca vergüenza para no ir y dar las gracias».
Gozaba allí Isla de un horario de seis de la tarde a una de la madrugada, con una hora libre para cenar. Y su sueldo, para cuatro días de trabajo a la semana, era de entre 1.200 y 1.400 euros, que incluía el alojamiento en Madrid para un «trianero» como él, además de los cursos de formación. Sin embargo, el joven debió pensar que aquellas condiciones laborales en un país con una tasa de paro del 56,6% en jóvenes de entre 16 y 24 años y con formación primaria como él, no eran lo suficientemente buenas. Otras teorías apuntan a un agobio del padre del hijo de Chabelita, que se cansaba de hacerse fotos con los clientes.
La sensación de que tenía otros campos laborales donde se paga más por hora trabajada quizá la tuvo el pasado viernes, cuando acudió a Sálvame Deluxe con el pelo rapado como si viniera de un campo de trabajos forzados. Allí contó que ciertos miembros del clan Pantoja le habían animado a tomar drogas . Aunque fue unos días antes, en la revista «¡Qué me dices!», cuando espetó un discurso donde hubo declaraciones más importantes, capaces de destrozar potentes símbolos de la cultura popular patria. «La Pantoja se levanta a las cuatro de la tarde, en pijama, en pantuflas de esas feas de pelo, con coleta y sin pintar. Desayunaba Coca Cola Light, la bebía todo el día y fumaba», explicaba. Y añadía: «Hay días que se levanta y se acuesta con el mismo pijama». En la misma entrevista afirmaba que la madre de su segundo hijo solo soñaba con parecerse «a Paris Hilton». Una Paris Hilton coplera, tal vez.
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