Los Reyes de España y los Países Bajos presiden el funeral de Kardam de Bulgaria
La misa ortodoxa por el Príncipe de Tírnovo congrega a 300 personas en el antiguo monasterio de San Jerónimo el Real de Madrid
El funeral de Kardam de Bulgaria, celebrado ayer en el antiguo monasterio de San Jerónimo el Real de Madrid, adquirió prácticamente dimensión de Estado al reunir bajo el mismo techo a una amplia representación de las Casas Reales europeas. La misa ortodoxa por el Príncipe de Tírnovo , que falleció el pasado 7 de abril tras siete años de convalecencia, congregó a más de 300 personas en el templo madrileño, escenario de numerosas exequias, juras de herederos, bodas y proclamaciones regias.
Don Juan Carlos y Doña Sofía fueron de los primeros en llegar a Los Jerónimos, poco antes de las 20 horas, hora de inicio de la ceremonia. Los Reyes Eméritos llegaron acompañados por la Princesa Irene de Grecia, hermana de la Reina, y por la Infanta Doña Pilar, hermana del Rey. Las Infantas Doña Margarita, Doña Elena y Doña Cristina llegaron minutos después. La presencia de la Duquesa de Palma despertó el interés de los fotógrafos, ya que hacía más de un año que no coincidía en público con Don Felipe y Doña Letizia (la última vez fue en marzo de 2014, en un homenaje a Pablo I de Grecia).
Minutos después de las 20 horas llegaron los Reyes de España, que accedieron al templo acompañados por los Reyes Guillermo Alejandro y Máxima de los Países Bajos. A ellos les siguieron Simeón y Margarita de los Búlgaros , padres del Príncipe Kardam, que entraron a la iglesia del brazo de la Princesa Beatriz, antigua Reina de los Países Bajos. Su nuera, la Princesa Laurentien, mujer de Constantino de los Países Bajos, lo hizo del brazo de Beltrán, el hijo pequeño de Kardam y Miriam Ungría. La viuda del Príncipe de Tírnovo no se separó de su hijo mayor, Boris.
Los Monarcas neerlandeses eran amigos cercanos del Príncipe Kardam y no asistieron en calidad de jefes de Estado, sino a título personal, dados los lazos de amistad que existen entre ambas familias. Por su parte, la relación de la Familia Real española con los Bulgaria siempre ha sido especialmente cercana. Desde su llegada a Madrid, en 1951, el Rey Simeón, padre del Príncipe de Tírnovo, ha tenido mucha presencia en la vida española y sus lazos con los Borbón se califican desde el Palacio de la Zarzuela como de «familiares», y de hecho los son: los Sajonia-Coburgo-Gotha están emparentados con casi todas las Casas Reales europeas.
Las plegarias de sus hijos
Los Reyes de España se sentaron a la izquierda del altar de Los Jerónimos, mientras que los Monarcas holandeses lo hicieron a la derecha. Los vínculos de la Familia Real holandesa con la búlgara se estrecharon aún más ante la similar desgracia que padecieron los Orange-Nassau en 2013, cuando el Príncipe Juan Friso falleció tras pasar año y medio en coma a causa de un accidente de esquí. Por eso fue especialmente emotivo el abrazo entre la Princesa viuda de Tírnovo y Beatriz de Holanda, madre de Juan Friso.
Boris y Beltrán, los dos hijos de Kardam y Miriam de Bulgaria, leyeron plegarias, mientras que el Arzobispo Antonii, representante de la Iglesia ortodoxa búlgara en Europa occidental, ofició la ceremonia, a la que tampoco quisieron faltar la Gran Duquesa María, jefa de la Casa Imperial de Rusia; el Príncipe Pablo de Grecia, primogénito del Rey Constantino; Ana de Orleans, Duquesa de Calabria; el Duque de Braganza y su esposa Isabel de Herédia; Íñigo Moreno de Arteaga y su mujer, Teresa de Borbón, marqueses de Laserna; Simoneta y Beltrán Gómez-Acebo; Marina Valcárcel y Silvela, marquesa de O’Reilly; Cristina de Borbón-Dos Sicilias y su marido, Pedro López de Quesada; Rosario Nadal, exmujer de Kiryl de Bulgaria; Paloma Cuevas y Enrique Ponce; Naty Abascal; Elena Cué o Beatriz de Orleans, entre muchas otras caras conocidas de la aristocracia, la política y las finanzas.
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