Don Juan Carlos reunió a la flor y nata neoyorquina en República Dominicana

La prensa americana se hace eco de una cena en la que el Rey Emérito compartió mesa y mantel con «vips» de EE.UU.

Don Juan Carlos reunió a la flor y nata neoyorquina en República Dominicana efe

martín bianchi

Estos días el nombre de Don Juan Carlos se ha colado en las páginas de sociedad del «New York Post». Y no precisamente por su participación en el festival Iberian Suite que se celebra durante estos días en el Centro Kennedy de Washington y que el Rey Emérito no quiso perderse . La página seis del «Post», dedicada a los cotilleos de alto standing y leída con fervor por la alta sociedad neoyorquina, ha preferido dedicarle tinta por su reciente escala en República Dominicana. El Monarca, que la semana pasada asistió a la investidura del presidente uruguayo Tabaré Vázquez , aprovechó el viaje a América para visitar a su gran amigo Alfonso «Pepe» Fanjul. Una semana después, la prensa americana sigue hablando de esta fugaz visita.

Fanjul, considerado «el rey del azúcar», es desde hace años uno de los grandes confidentes de Don Juan Carlos y lo invitó a pasar unos días en su propiedad en Casa de Campo, una exclusiva urbanización ubicada en La Romana, en el sudeste de República Dominicana. El Rey Emérito pasó el fin de semana del 21 de febrero en casa de su amigo y de su mujer, Emilia, aunque durante su corta estadía tuvo una intensa agenda.

Ricos y nobles

Según revela el «Post», Fanjul celebró una gran cena en honor de su ilustre invitado a la que acudió la flor y nata de Estados Unidos. Entre los invitados se encontraban Blaine Trump, cuñada del magnate inmobiliario Donald Trump; el financiero Dixon Boardman, marido de la princesa Arianna Teresa de Hohenlohe; y la famosa periodista Deborah Norville y su marido, el inversor sueco Karl Wellner, director del fondo de inversión Papamarkou Asset Management.

Don Juan Carlos ya conocía a algunos de estos renombrados estadounidenses. Wellner, por ejemplo, comenzó su carrera como administrador de las fortunas de los ricos y famosos de la mano de Alexander «Alecko» Papamarkou, gran amigo de Luis Gómez-Acebo, esposo de la Infanta Doña Pilar. El Rey Emérito también había coincidido en más de una ocasión con Dixon Boardman y su bella y joven esposa, Arianna, hija del difunto príncipe Alfonso de Hohenlohe, mítico promotor de la Costa del Sol y fundador del Marbella Club.

A la cena en honor del padre de Don Felipe también asistieron miembros de la nobleza británica. Lord Charles Spencer-Churchill y su mujer, Lady Sarah, viajaron expresamente a República Dominicana para compartir la velada con el Monarca. William Astor, cuarto vizconde Astor, lo hizo con su esposa, Lady Annabel, una de las emprendedoras más respetadas del Reino Unido. Lady Annabel, quien por cierto es madre de Samantha Cameron, es propietaria del emporio de decoración OKA, la versión británica de Ikea.

Algunos de los testigos de esta velada revelaron al «Post» que el Rey estuvo «accesible, relajado y que habló con todo el mundo sobre arte y cultura». Todos los «vips» se dirigieron a él utilizando el protocolario «Su Majestad» y se pusieron de pie a la hora del brindis, pero Don Juan Carlos hizo gala de su fama de «campechano» pidiendo los correos electrónicos de todos «para seguir en contacto». «Trató a todos los invitados como si fueran sus nuevos amigos», explicó uno de los afortunados comensales.

El confidente del Rey

Solo Pepe Fanjul podía reunir a tantos «popes» de la alta sociedad internacional en un mismo sitio para agasajar a su amigo. Los Fanjul están considerados los grandes magnates del negocio del azúcar al otro lado del charco. De ascendencia española, Pepe y sus cuatro hermanos emigraron a Estados Unidos desde su natal Cuba con la llegada del régimen castrista y construyeron Florida Crystals, un imperio azucarero en el centro de Florida y en República Dominicana, siguiendo una larga tradición familiar y convirtiéndose en una de las grandes fortunas de Norteamérica.

Casa de Campo, la elegante urbanización donde se hospedó Don Juan Carlos, es una de las muchas inversiones de los Fanjul. El lujoso enclave abarca unas 2.833 hectáreas, cuenta con una docena de piscinas, campos de golf, una pista de polo y ha tenido –y tiene– como vecinos a numerosos miembros de la jet como el conde Federico Zichy-Thyssen, el diseñador Óscar de la Renta y su familia, el cantante Marc Anthony o el tenista Rafael Nadal.

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