La realeza de Medio Oriente contra el Estado Islámico
Khaled bin Salman de Arabia Saudí y Abdulá II de Jordania se ponen el uniforme militar. Y la Reina Rania rescata el pañuelo palestino
El asesinato del piloto Moaz Al Kasasbeh a manos del grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha unido aun más a los socios árabes de la alianza que lidera Estados Unidos contra el califato. Washington es el encargado de realizar casi la totalidad de los ataques por mar y aire, pero busca el apoyo de los vecinos del califato para dar legitimidad a una operación que en parte de las calles de Oriente Medio es vista como «una guerra de EE.UU.». Las casas reales del Consejo de Cooperación del Golfo (Bahréin, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Omán) se suman a los esfuerzos de Jordania por vengar a su militar de 26 años, quemado vivo ante las cámaras por los hombres de Abu Baker Al Bagdadi. La difusión del vídeo a comienzos de mes sorprendió al Rey Abdulá II de Jordania en visita oficial a Estados Unidos . El Monarca suspendió de forma inmediata el viaje y regresó a Amán para dirigir las reuniones con las fuerzas de seguridad.
Las redes sociales, las mismas que el EI emplea para difundir sus ejecuciones y propaganda, se llenaron de imágenes del Rey vestido de militar y con rostro desafiante, imágenes de un líder que prometía «venganza» por el asesinato del piloto de su fuerza aérea. Su esposa, Rania, se sumó al dolor del pueblo en la gran manifestación que siguió al rezo del mediodía y lideró la marcha de protesta contra los yihadistas. Lejos de la imagen de primera dama vestida con ropa de las mejores marcas mundiales y habitual de las revistas del corazón de Occidente, la nueva Rania, con una chaqueta negra y una kufiya (pañuelo tradicional palestino) al cuello, se sumaba al dolor de una calle donde desde la «primavera árabe» de 2011 era palpable la distancia con la Realeza. «Estoy aquí como cualquier otro jordano, unidos ante el horror y unidos por el dolor. Creen que nos asustan, pero, al contrario, nos unen para deshacernos del mal», declaró la Reina a la cadena BBC en el transcurso de una marcha en la que portó en sus manos la fotografía de Moaz Al Kasasbeh, el nuevo héroe nacional.
La inteligencia jordana asegura que el piloto fue asesinado el 3 de enero, apenas una semana después de que el caza con el que bombardeaba posiciones del EI cayera en las proximidades de Raqqa, bastión enemigo al norte de Siria. Durante más de un mes los yihadistas mantuvieron la incertidumbre y lograron la división en las calles del país entre los que pedían el final de la cooperación con Occidente y los que respaldaban al Rey en su lucha contra el califato. Las dudas llegaron también a Emiratos Árabes Unidos, que decidió suspender los bombardeos ante el temor de sufrir un secuestro similar. El jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan, presidente de los emiratos, sin embargo, decidió reanudar las operaciones tras la difusión del vídeo y ahora sus F-16 se encuentran en bases de Jordania desde donde han retomado los ataques contra el califato en las últimas horas, con el objetivo de «detener a la brutal organización terrorista que ha mostrado al mundo su aspecto horrible a través de abominables crímenes».
Efecto contrario
Además de las operaciones áreas, los socios árabes de la alianza no descartan el envío de tropas a Siria y están dispuestos a participar en el entrenamiento de la oposición moderada al régimen de Damasco y del ejército de Irak. Hamad Bin Isa Al Jalifa, Monarca de Bahréin, país donde tiene su base la V Flota de Estados Unidos, viajó a Amán para reunirse con Abdulá II y le mostró toda su colaboración en la «lucha contra el terrorismo y el extremismo para proteger al islam y su tolerancia». Los aviones de Arabia Saudí, pilotados por miembros de la Familia Real como el Príncipe Khaled bin Salman, también participan en los bombardeos y la crisis regional provocada por el asesinato del teniente jordano es la primera que le toca liderar al nuevo Rey Salman, que no dudó en calificar la ejecución de «inhumana y anti islámica». Los cazas marroquíes también han bombardeado al EI, mientras que Kuwait, Omán y Catar han puesto sus instalaciones militares al servicio de la coalición.
Sin quererlo, el grupo yihadista ha provocado el efecto contrario con el asesinato del teniente jordano. Siete meses después del inicio de las operaciones de la alianza, los socios árabes se dan cuenta de que «esta guerra nuestra, es la guerra de los árabes y los musulmanes en primer lugar, antes de ser la de Occidente o cualquier otra parte», según el comunicado difundido por el Gobierno de Amán a través de la agencia Petra después de la difusión de un vídeo que ha cambiado las reglas del juego.