Polémica en Bélgica por las vacaciones reales

En Bélgica, las vacaciones de la Familia Real se consideran un asunto privado y, por tanto, no se anuncia públicamente donde viajan. Y si este año se ha sabido que los Reyes Felipe y Matilde han decidido pasar unos días en Indonesia es porque la rama flamenca del sindicato socialista del Ejército ha protestado porque han viajado utilizando un avión militar. Inesperadamente, la crítica ha provocado una pequeña marejada en la que el Rey Felipe poco podía hacer, ya que la ley le prohíbe viajar con aviones de línea, pero que ha salpicado de paso a los miembros del Gobierno y de las propias Fuerzas Armadas, que hacen uso mucho más arbitrario de los aviones.

Así, el otro sindicato de los militares, el francófono, ha puesto en duda la oportunidad de que el anterior gobierno del socialista Elio di Rupo fletase un avión para que varios ministros asistiesen a los partidos de la selección belga en el mundial de Brasil que tuvo un coste superior al medio millón de euros. O que un ex miembro del gobierno exigiera un avión para él solo porque no quería compartir el Airbús que llevaba a otras personalidades belgas y europeas a los funerales de Nelson Mandela. O los vuelos de los Falcon entre la costa (Ostende) y Bruselas, para evitar los atascos en la autopista.

Según el ministerio belga de Defensa, los viajes reales le han costado 137.000 euros en 2013, en clara disminución respecto a años anteriores. El ministerio ha revelado además que desde 1950 el ejército belga puede transportar también a la familia gran ducal de Luxemburgo, cuyo gobierno, naturalmente, paga ese servicio al de su vecina Bélgica.

En este caso, la polémica del vuelo a Indonesia -los reyes partieron el sábado con sus hijos- ha abierto la discusión sober si también la Familia real debería correr con los gastos cuando se trata de viajes privados. Por ahora, el Gobierno ha dicho que a pesar de los recortes en Defensa, esta discusión no está prevista a corto plazo.