¿Cómo está Catalina de Cambridge, desaparecida desde hace días?

La Duquesa ha dejado el Palacio de Kensington y se ha traslado a la villa paterna en Blucklebury, que costó seis millones de euros, donde se recupera de las molestias de su embarazo

¿Cómo está Catalina de Cambridge, desaparecida desde hace días?

Luis Ventoso

La Duquesa de Cambridge no se halla estos días en sus habitaciones habituales del palacio londinense de Kensington . Kate Middleton, de 32 años, está esperando un hermano para el pequeño Príncipe Jorge y se encuentra de diez semanas. Pero como ya sucediera durante el embarazo de su primogénito, la aquejan unas insidiosas molestias, un mal conocido como hiperméresis gravidarum, que afecta solo al 15% de las embarazadas y que le ocasiona vómitos y mareos matinales, deshidratación, pérdida de peso y presencia de toxinas en la sangre. Como suele suceder muchas veces, la Duquesa ha preferido buscar la cercanía de su madre y se ha ido de Kensington a la mansión familiar de Bucklebury, cerca de Reading, al oeste del Gran Londres. En realidad ha cambiado un palacio por otro. Se trata de una mansión georgiana que sus padres compraron en 2012, valorada en 6 millones de euros. Carole, la madre de Catalina, ha sido vista de compras por el pueblo con el Príncipe Jorge, nacido en julio del año pasado.

La historia de Kate Middleton, de 32 años, tiene algo de cuento de hadas: la plebeya que conquista a un príncipe. Pero la de sus padres no le va a la zaga. Carole Goldsmith, a quién su hija venera, era hija de un chófer que llegó a tener una pequeña empresa de construcción y nieta de un minero de la Inglaterra dura, extremo que no dejan de afearle los más clasistas en un país que todavía lo es. A finales de los años 70, Carole era azafata en British Airways y allí empezó a salir con un azafato, hijo de un piloto, Michael Middleton, que pronto ascendió a un destino en la terminal de tierra. Se casaron en 1980 y al año siguiente nació la hoy Duquesa de Cambridge. Cuando estaba de baja por el embarazado de Kate, Carole se entretuvo creando en la cocina de su casa un servicio de objetos de decoración para fiestas, una idea más bien amateur para divertir a su círculo de amistades. Pero aquello derivó en una próspera empresa. Cuando su hija emparentó con los Windsor, en abril del 2011, se estima que los Middleton contaban con un patrimonio de 10 millones de euros. Tras la boda, con el plus de publicidad de la realeza y con el auge de las ventas por internet, la empresa familiar, llamada Party Pieces, se disparó. Hoy tiene cuarenta empleados y los padres de Kate, Pippa y James son millonarios, con unos bienes que rondan los 40 millones de euros.

La Duquesa de Cambridge se encuentra de baja desde finales de septiembre, aquejada de hiperémesis gravídica, y ha tenido que aparcar toda actividad pública, incluido un viaje a Malta que iba a ser su primera gira oficial sola. La dolencia ya la había aquejado durante la gestación del príncipe Jorge y obligó entonces a hospitalizarla. Esta vez se decidió que el tratamiento lo siguiese en su residencia del palacio de Kensington, construido hace 320 años y enclavado en el maravilloso parque del mismo nombre, donde los Duques ocupan 20 habitaciones. Pero a Kate le ha dado la clásica mamitis y estos días convalece en casa de sus padres, en Bucklebury, en plena campiña inglesa, en un paisaje bucólico a unos 80 kilómetros al Oeste de Londres. Con ella está su bebé George y también la cuidadora del pequeño, la española María Teresa Turrión Borrallo.

En la casa paterna de Manor House, en Berkshire, Kate disfrutará de un entorno menos protocolario y más cálido que en palacio. Pero lo cierto es que no se apeará del lujo. La propiedad paterna es extraordinaria: una mansión georgiana de siete habitaciones, cinco salas, comedor, biblioteca, recibidor, piscina, jardines de postal de 18 acres, pista de tenis, chimenea del siglo XVII y hasta una nueva construcción anexa para albergar al personal de seguridad. No es la casa donde se crió Kate, que lo hizo en la misma zona, pero en una más modesta (entre comillas). Sus padres la vendieron en el 2012 por 1,6 millones de euros y compraron Manor por 5,8 millones. Nada que no se puedan permitir con el boyante negocio de los adornos y objetos para fiestas. Los medios ingleses cuentan que al Príncipe Guillermo también le agrada dejarse caer por villa Middleton, porque el clima hogareño se asemeja más a la vida distendida de una familia al uso, con largas y animadas tertulias tras las sobremesas. Guillermo y Kate se conocieron en St. Andrews, la elitista universidad escocesa donde ella estudió Historia del Arte. Allí se licenciaron también, por ejemplo, el ex premier Gordon Brown o el primer ministro escocés, el hoy derrotado Alex Salmond.

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