Las últimas compras de Reyes colapsan el centro de Madrid

«Somos todos muy españoles y dejamos las cosas para el final», repetían clientes y comerciantes

La centenaria Gran Vía, ayer, repleta de público apurando las compras navideñas Maya Balanyá
M. J. Álvarez

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Faltaban manos o sobraban bolsas. Ese era el paisaje que se vislumbraba ayer en el corazón comercial de la ciudad, en plena ebullición, en el entorno de la Puerta del Sol . Gente, gente y más gente. En el metro; en las calles; en las cafeterías; en las tiendas; en los probadores, en las cajas... La multitud aumentaba a medida que pasaban las horas, hasta el punto de que caminar dos pasos seguidos se convertía en una suerte de misión imposible.

Era la locura de las compras. El motivo, en unos casos, ultimar los regalos que traerán los Reyes Magos de Oriente . Y, en otros, comenzar la carrera en pos de los artículos deseados. Los encargados de los comercios indicaron a ABC que el incremento de clientela se empezó a notar desde el lunes pasado y que es mucho mayor que con Papá Noel . «Aquí somos siempre muy españoles y lo dejamos todo para el final», ironizaban.

«Este año me ha pillado el toro y aquí estoy, en Gran Vía, con los últimos encargos: unas botas para mi hija y un disco». Eso decía Ascensión Gil. Procedente de Cuenca, había venido a visitar belenes y luces de Navidad, y se vio inmersa en la espiral consumista.

Entre los precavidos se encontraba también Ángel Martínez, de 35 años. Este madrileño aprovechó el fin de su jornada laboral para realizar las dos últimas adquisiciones pendientes: un abrigo y colonia. «Sobre todo, los Reyes traerán libros y ropa, cosas prácticas», explicaba. Contaba con un presupuesto de cerrado unos 60 euros por barba. Nada que ver con Rubén Ortega, de 27 años, jefe de ventas de Macro.

«Hoy empiezo; tengo tres días completitos », sonreía. No quiso decir la cifra, pero precisó que su presupuesto era el doble que el del año pasado.Apurada estaba también Raquel García. «Me dejo días libres para estas fechas, pero siempre me pasa igual. Cuando tendría que tenerlo todo listo, empiezo». Con un presupuesto similar a 2016, explicaba que muchos familiares suyos lo habían reducido de forma drástica, al estar en paro.

La sangre no llegaba al río en el caso de Hipólito Arias, aunque su economía está algo maltrecha. «Hemos venido a ver el partido de la Copa del Rey entre el Real Madrid y Sevilla», decía el portavoz de la familia merengue, acompañado de su mujer y sus dos hijos. El motivo:«Las entradas son mucho más baratas que en la Liga». Agregaba: « En mi casa no iban a poder venir los Reyes, pero al final, nos los llevamos puestos», bromeaba y señalaba las bolsas que portaban.

Luces y sombras

La mayoría de los negocios bullían mientras que otros, los menos, estaban desiertos. Entre los primeros se encontraba una juguetería. « La gente, en general, llega ya desesperada y les da igual pagar 50 o 70 euros con tal de llevarse lo que están buscando», decía Vanesa. «El público está gastando hasta un 20%más estos días; los Reyes Magos son siempore muy fuertes», agregaba Verónica, en la tienda de complementos que regenta de la calle del Carmen.

En una cadena de relojes, reinaba el pesimismo: «Están siendo los peores Reyes de los últimos siete años. La empresa ha aumentado la plantilla para esta campaña, pero hay ratos que estamos de brazos cruzados; es insólito».

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